TNto me parece mal el despliegue de actos y comentarios en torno al 30 aniversario de las primeras elecciones democráticas, que se cumple este 15 de junio. Lo que rechazo es la hipocresía de tantos que estaban en contra de la evolución democrática de entonces, que nunca después lo han reconocido y que pretenden ahora aparecer como paladines de la democracia y de la libertad. Pues con su pan se lo coman. Ni siquiera pueden engañar a los jóvenes que no estaban aquí, al menos con edad de entender, pues ya se han preocupado ellos de informarse de cómo sucedieron las cosas. Sucedieron seguramente de la única manera posible, de la única manera que no habría generado una gran frustración posterior al manifestarse de imposible continuidad. Claro que a muchos nos hubiera encantado una total ruptura democrática, en lugar de la modesta reforma que se acometió. Pero el realismo debe ayudarnos a comprender lo que hicieron y lo que hicimos, para no flagelarnos demasiado con lo que pudo haber sido y no fue.

La principal reflexión de hoy debiera ser, en todo caso, en torno a si la democracia española de 2007 merece la pena, tiene futuro y sirve para que los españoles vivamos en libertad y con las puertas abiertas al progreso. Personalmente, pienso que una respuesta positiva a esas preguntas tiene que venir acompañada de una manifiesta voluntad política de la mayoría y, desde luego, del Gobierno actual, de acometer con valentía un proceso de perfeccionamiento de los cauces, las intenciones y los modos de llevar adelante la convivencia en el futuro. Es evidente que esos cauces tienen que ser ampliados, que la legislación electoral es profundamente injusta con las minorías, que la reforma del sistema no debe asustar a nadie si se realiza desde bases de respeto democrático. Cualquier cosa menos conformarse con rememorar la Transición entre melosas e irreales consideraciones. Vamos a profundizar en la democracia que nacía treinta años atrás, pues sería paralizante quedarse en la contemplación acrítica del pasado y de la evolución de este tiempo.