Adiós. Un domingo no parece el mejor día --día de cine había sido siempre el domingo-- para cerrar tus salas en La Dehesa. Esta madrugada. La última sesión será la última. Para siempre.

Adiós. ¿Cómo explicar que el cine es pura y llanamente el oscuro y silencioso lugar para olvidar las amargas películas de la vida personal? ¿Cómo añadir que las emociones que se buscan se encuentran en sus argumentos más fácilmente que en la propia casa?

¿Cómo continuar, siendo individuos criados en butacas tapizadas de mil colores en mil ciudades o pueblos en semejantes penumbras en donde los buenos y sólidos guiones nos devolvían a sus calles agradecidos y hasta un poco menos infelices?

Adiós. Rouseau dijo que "Ser adulto es estar solo". Pues, aún más solos.

Los actores nacionales e internacionales ya conocen cómo se está poniendo coto sutilmente a su trabajo y se van reduciendo sus espacios específicos para este arte que es también industria. Desearía despedirme personalmente de cada uno de los que he visto y he sentido palpitar o cantar en esos queridos cines que ya no venderán una entrada. ¡Sí, para soñar!

María Francisca Ruano **

Cáceres