TEtn un museo ruso se expone el pene de Rasputín. Eso es un museo singular y dinámico y los demás, MEIAC incluido, sólo son panteones de la creatividad, cementerios de la imaginación y lugares, como el museo de la ciudad de Badajoz, propicios para albergar un concurso de encaje de bolillos.

Del pene de Rasputín se sabía poco y lo que no se sabía ya se sabe, porque un pene, aparte del tamaño y forma, poco puede aportar en la biografía de uno, salvo que ese uno sea actor porno y haya escrito un libro.

En todo caso, el pene de cada uno es el pene de cada uno y si aporta algo, es singularidad, ya que no hay dos iguales. Ocurre igual con las portadas de las ferias. No se puede presumir de feria cuando su portada es la misma que ha estado en Marbella, Triana o Leganés. La Feria de Badajoz debería tener portada propia y alquilarla para su amortización. ¿Cómo vamos a entrar en nuestro Real de la Feria sabiendo que esas bombillas y esos arcos han servido para que pasasen antes los trianeros o los marbellíes?

La singularidad del museo ruso está garantizada porque exhibe un miembro masculino singular. Si tenían un presupuesto para publicitar el museo, ya se lo pueden ir gastando en formol del bueno para garantizar la tersura del pene del monje. Igualmente deberíamos hacer con la Feria de San Juan.

¿En lugar de pagar el alquiler no sería mejor gastarse esas perras en fabricar una portada singular (se me ocurre una Puerta de Palmas con diez mil bombillas) y presumir de puerta propia?

Se acusa a Badajoz de ser como una ciudad fotocopiadora de eventos foráneos: romerías, ferias, desfiles de perros... Empecemos a ser singulares con nuestros pórticos y luego, colonicemos alquilando.

*Dramaturgo