Psicoanalista

Vuelo Bolonia-Paris. Un hombre con una caja de cartón, supuesta bomba, se presenta como terrorista y amenaza a la tripulación. Lleva un mando a distancia de TV, supuesto detonador. El avión se desvía a Lyón. Se ponen en marcha los mecanismos de seguridad. Luego se descubrirá que el secuestrador es un perturbado y que la caja estaba vacía.

Otros presuntos secuestradores, los del caso Olot, han reconocido haber tramado un rapto. Se limitaron, afirman, a la fantasía. Entre fantasía y acto media un abismo. Pero el pánico del piloto falsamente amenazado en nada se distingue del que hubiera sentido ante una bomba real. Es el riesgo de sostener fantasías peligrosas.