Cuando en un grupo político hay divisiones, la cosa nunca sale bien. Y si encima esa formación es la que gobierna, todo puede saltar por los aires en un abrir y cerrar de ojos. La situación que viven los socialistas en Plasencia lleva camino de ser un polvorín que estallará a poco que alguien encienda la mecha, y ahora misma están saltando chispas entre miembros del equipo de gobierno que hacen visible esa posible ruptura. ¿Quién es el beneficiario? Además de la oposición, que no termina de aclararse, está el capo socialista de Plasencia, que sabe mover muy bien los hilos para dejar en entredicho a quienes le dieron de lado o no bailan a su son. Y es que hay gente que le gusta estar en misa y repicando .

Pero cuando algo se rompe, siempre se puede reparar. Para ello sólo hay que emplear una fórmula adecuada. Lo malo es cuando se hacen chapuzas, como está ocurriendo en alguna capital extremeña, donde se ha llevado a cabo una campaña de bacheo de cara a las elecciones que no ha solucionado el problema de los socavones, sino que los ha agravado, porque tres semanas después el centro parece un queso gruyer . Seguro que la culpa será del exceso de lluvia, no de los materiales usados.