TAthora resulta que todos estaban al tanto de lo que ocurría en el Ayuntamiento de Estepona. "Era un secreto a voces" --es la expresión más repetida en crónicas y artículos referidos a la detención del alcalde de esta ciudad malagueña--. Al parecer, todo el mundo sabía que Antonio Barrientos , alcalde del PSOE, había decidido pasar al otro lado de la raya que separa la honradez de la mangancia. El y una veintena de ciudadanos, entre concejales, altos funcionarios del ayuntamiento y también algún empresario.

Era, pues, el secreto de Polichinela, pero nadie de la Consejería de Obras de la Junta que preside el señor Manuel Chaves parecía darse por enterado. Hasta que se ha movido la Fiscalía Anticorrupción, todo era armonía en el paisaje. El alcalde, cuatro concejales y un promotor (el cordobés José Romero , presidente de PRASA) están detenidos y son investigados por irregularidades urbanísticas presuntamente cometidas a través de licencias estimuladas o recalificaciones oportunamente motivadas .

Todo un clásico en la zona. No hay que olvidar que Marbella y Estepona fueron dos de los feudos del desaparecido Gil y Gil , aquél precursor en este tipo de pesca urbanística milagrosa al que media España reía las gracias mientras la otra media llamaba a su puerta intentando, en vano, que pagara sus deudas. Barrientos, el alcalde socialista, se hizo en el 2003 con la alcaldía --el PSOE pasó de seis a once concejales--, tras una campaña en la que su principal objetivo --decía-- era acabar con la corrupción embaulada en el urbanismo. ¡Menudo sarcasmo¡ Esperemos que los vecinos hayan aprendido la lección.

*Periodista