Mi hermana dice estar harta de buscar y buscar y no encontrar ningún empleo. No deja de ser curioso que yo, sin formación universitaria alguna, esté trabajando desde hace 20 años ganando del orden de los 900 euros al mes y mi hermana, licenciada, con no sé que máster y no sé qué cursos de más, ande de acá para allá sin encontrar su primer empleo a sus más de 30 años. Me consta que es inteligente, buena trabajadora, espabilada y responsable, pero, según me cuenta, o le indican que no hay empleo de lo suyo o para el resto está "sobreformada". ¿Pero qué es esto? Hemos engañado a toda una generación. Les hemos dicho que con esfuerzo y estudio todo vendría rodado y ahora resulta que la que tiene empleo soy yo, que lo único que he hecho en mi vida desde los 16 años ha sido trabajar, echar horas y poner mis brazos. Los chicos de hoy no valen para una cosa pero tampoco para la otra. ¿Saben qué les digo? Que no me extraña que se vayan fuera, allí encuentran empleo y, si no, andan en lo que sea porque la mentalidad de la sociedad de otros países e incluso del empresariado es muy distinta. La paciencia también se acaba y llega la desesperación. O hacemos algo o buena parte de nuestros jóvenes se nos van y lo peor: que ya no vuelven nunca más. Menudo desperdicio de dinero, de esfuerzo y de todo.