ESCANDALO

El caso Volkswagen

Juan Gómez Vadillo

Madrid

El pueblo alemán es apreciado por su carácter serio y tenaz. Pero no siempre aplica estas cualidades para el bien. Así ha ocurrido en el caso de los Volkswagen, cuya ingeniosa trampa le ha permitido apoderarse durante muchos años de una fortuna y propiciar muchas muertes por contaminación. Y la peor empresa alemana es la que intenta realizar lo que dice a las claras su himno nacional: "Alemania sobre todos en el mundo", con una seriedad y tenacidad catastrófica para su país y los demás.

Así en 1870, 1914 y 1939. No han aprendido nada nada de la historia, a pesar de que su mismo excanciller Kölh advirtió que había que hacer una Alemania europea y no una Europa alemana. Sus dirigentes actuales, máxime tras la reunificación, aprovechan la ausencia de fronteras internas económicas para devorar al resto de la Unión Europea, sin que no acaba de reaccionar en su conjunto para mantener el necesario equilibrio.

El caso Volkswagen es solo un claro ejemplo del abuso de Alemania de posición dominante a escala, digamos, privada. Y no parece casual que hayan tenido que ser una vez más los Estados Unidos, en defensa --por supuesto-- de sus intereses, quienes hayan denunciado ese saqueo y ataque a nuestra salud y vida desde Alemania; ya que, por miedo o corrupción, resulta difícil pensar que algún dirigente europeo hubiera levantado algún día esa liebre.

APRENDER A PENSAR

Frenar el ocaso dela filosofía

Adrià Giró

Barcelona

Pensar está mal visto. Nos educan para formar parte de una realidad práctica en la que nos veremos determinados a cumplir una función para vivir con tranquilidad y no poner en duda el orden preestablecido.

La filosofía es lo contrario. Nos enseña a pensar por nosotros mismos, a tener un discurso subjetivo con el que podamos justificar nuestra manera de ver el mundo.

Kant decía a sus alumnos que lo importante es pensar por uno mismo y que nunca es tarde para empezar. Tenemos que emanciparnos de las opiniones dogmáticas que no nos dejan decidir, no podemos renunciar a nuestra capacidad crítica de juzgar lo que nos sucede día a día. Con las nuevas reformas educativas la filosofía ha pasado de ser una asignatura fundamental en el Bachillerato a ser una asignatura con un trato secundario.

¿Será el síntoma definitivo del ocaso de la filosofía? Eso es algo que no nos podemos permitir. Nos corresponde a nosotros mantener estas disciplinas vivas en la educación para que nunca olvidemos que pensar es necesario para sobrevivir.