WLwa afirmación de la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel , de que "no existe mecanismo alguno en la actual organización común de mercado (OCM) que permita paliar" la reducción de las ayudas al tomate transformado y de que la reforma no se producirá hasta el 2008 no es sólo "una opinión", como ha indicado la Junta. Es toda una declaración de intenciones de lo que pretende hacer la UE y deja en manos del Gobierno español la solución para miles de cultivadores, fundamentalmente extremeños. Hasta el momento, la actuación del ministerio se ha limitado a buenas promesas pero sin concretar nada, mientras que la aportación de la Junta --incremento de ayudas a los seguros y exención de algunas tasas para los productores-- es económicamente irrelevante. Eso sí, todo plagado de meses de reuniones y más reuniones cuyo resultado es muy pobre, por no decir nulo. Los agricultores sienten, y con razón, que se les está mareando. La gravedad del problema es tal que la Junta y el Gobierno central deberían implicarse decididamente en tomar soluciones efectivas ya o decir claramente al sector que no van a hacer nada.