Las ministras de Fomento y Vivienda, Magdalena Alvarez y Carme Chacón, respectivamente, viajaron ayer a Extremadura para, la primera, visitar las obras del AVE y anunciar la ampliación del Aeropuerto de Badajoz y, la segunda, firmar la constitución de la gestora de la plataforma logística del Suroeste. Obras estatales las tres que contribuirán significativamente al progreso de esta tierra, pero que son bien distintas por su envergadura, plazos y también porque el cumplimiento de la programación prevista, en este caso del tren de Alta Velocidad y de la plataforma logística, podrían ilustrar la cruz y la cara del compromiso del Gobierno.

Pocas cosas hay en la vida pública extremeña tan cansadas y estériles como la insistencia de los dirigentes políticos en mantener el año 2010 como la fecha de conclusión del AVE entre Madrid y Badajoz. No reconocer la imposibilidad técnica y presupuestaria --es decir, de voluntad política-- de cumplir con ese compromiso está oscureciendo un hecho evidente y positivo: las obras del AVE ya han comenzado y, aunque no hay ninguna traviesa que poner como decía el PSOE que habría de hacer por estos días el presidente del Gobierno, se prevé en el próximo semestre la licitación de otros tramos, en este caso los dos en que se divide el proyecto entre Cáceres y Mérida, con lo que el AVE Cáceres-Badajoz estará, en obras o en licitación, antes de julio.

Ayer, la ministra de Fomento insistió ante los periodistas en que no había que centrarse en qué día llegará el AVE. Un notable contrasentido puesto que casi sin solución de continuidad Magdalena Alvarez afirmó que se mantienen los compromiso adquiridos sobre el plazo, es decir, sobre el 2010, aunque en esta ocasión evitara citar el año por su nombre. Mientras los responsables de una actuación tan importante sean incapaces de escapar del pantano de la fecha en que ellos solos se han metido --y de paso se pongan a salvo de la desconfianza entre los ciudadanos que generan con su empecinamiento-- la obra del AVE será un proyecto siempre retrasado, siempre preso de la retórica de los discursos, siempre condicionado por el calendario de los intereses del gobierno de turno y no por el calendario de los intereses de los ciudadanos.

Porque los retrasos existen, y los votantes lo entienden. Y más en obras de una extraordinaria complejidad. Pero siempre que esos retrasos obedezcan a circunstancias lógicas y que la explicación de los mismos sea transparente. Es lo que ha ocurrido con la plataforma logística del Suroeste, cuya velocidad de crucero es innegable desde que fue incluida en el ´Plan Extremadura´ de Rodríguez Zapatero e impulsada por Trujillo. Y a pesar de que ha habido importantes escollos que salvar --y que han provocado retrasos-- debido a la catalogación de los terrenos como zona de protección faunística, la voluntad del Gobierno de la nación de sacar adelante este proyecto se ha puesto de manifiesto muchas veces y por muchos motivos, no siendo el menor que en el 2004, cuando se aprobó dicho plan. la plataforma disponía de un presupuesto de 15 millones de euros, y hoy es de 120.

AVE y plataforma parecen un contrasentido: el primero, el máximo exponente de la velocidad ferroviaria, es la tortuga; la plataforma, que es un puerto seco e inamovible es, en comparación, la liebre.