Durante la madrugada del 21 los vecinos de la calle Diego Florido, 16 de Badajoz hemos sufrido los efectos vandálicos de uno o varios energúmenos.

Cuando todos dormíamos, mi hija comenzó a gritar y llorar desesperada, al haber escuchado en su ventana, según decía: "un ruido enorme" que la sacó de su inocente sueño. Un vándalo no contento con calcinar un coche abandonado, ha intentado hacer lo propio con otro nuevo, impecable, cuya mecha artesana , afortunadamente, no llegó a prender tras introducirla en el depósito de la gasolina. Es un hecho significativo, que nos hace pensar que no ha sido una casualidad que quemaran un coche abandonado sino que éste ha servido de señuelo a estos vándalos a la francesa.

Gracias a que las llamas, el humo tóxico y las explosiones producidas por el primer coche nos alertaron, él o los vándalos huyeron sin terminar su segunda obra .

Todos los vecinos nos sentimos indignados ya que en reiteradas ocasiones hemos llamado a la policía local para comunicarles que en la puerta de nuestra casa hacía muchos meses que había un coche con aspecto de robado y que por favor lo retiraran. Ahí ha estado estacionado catorce meses. Hoy nos preguntamos ¿qué dimensiones hubiera tomado el suceso si el fuego hubiera afectado a los demás coches legalmente estacionados?, ¿quién se responsabilizaría si tuviéramos que lamentar víctimas humanas y no sólo daños materiales como ha sido? Y la pregunta del millón, ¿se podría haber evitado este acto vandálico si el Ayuntamiento de Badajoz hubiera atendido las demandas de una serie de vecinos que preveían un final así? Ha terminado la historia, ahora nos dice la policía local que no es competencia municipal la retirada del vehículo calcinado, así que hemos cenado con un montón de sustancias tóxicas en las ventanas del salón... MIGUEL A. REDONDO CORBACHO. BADAJOZ