Hace algún tiempo, el presidente del Congreso Manuel Marín , con la voz sosegada que le caracteriza, se quejaba de que estos cuatro años de legislatura han estado muy marcados por la crispación de las fuerzas políticas. Marín ha demostrado ser un hombre sensato, paciente y justo realizando sus funciones, quizá por eso no señala a nadie en particular con el dedo y mete a todos los políticos en el mismo saco. Pero habría que hacerse una pregunta: ¿Por qué estos cuatro años en los que ha gobernado el PSOE han sido tan ácidos en el Congreso, por qué tanto escándalo, tanta agitación, tanto circo; y los cuatro años anteriores, gobernados por el PP, no ocurrió lo mismo? Incluso algunos diputados del PP han hecho gala de ser unos comediantes estupendos representando breves sainetes. En sus correspondientes legislaturas, ambos gobiernos han cometido errores, y sin embargo las oposiciones no han actuado de la misma manera. Esperemos que los próximos cuatro años de legislatura, gane quien gane, no tengamos que ser testigos de nuevo de tanta bulla en el hemiciclo.

Días después volví a ver a Manuel Marín en una fotografía de la portada de El periódico Extremadura , cubriendo sus ojos con sus manos para ocultar las lágrimas que delataban su emoción por su despedida como político. Pero lo que más llamaba la atención eran sus palabras. El hombre decía adiós pidiendo perdón, por sus posibles errores cometidos, a los que precisamente dificultaron su trabajo haciéndole soportar todo tipo de situaciones embarazosas e inadmisibles, unos por ser nacionalistas y no querer hablar en castellano, otros por no estar nunca de acuerdo con las decisiones tomadas por el Gobierno y manifestarlo con mofas y vocinglerías; y los que gobiernan por emular a veces las malas maneras que mostraban los que no gobiernan. Daba la sensación de que Manuel Marín era una víctima que pedía perdón a sus verdugos.

Diríamos que este hombre sensato y apacible puede muy bien representar a cada uno de los ciudadanos que cumplen con el mandamiento genérico que debe regir toda sociedad: Vive y deja vivir . Ciudadanos que se cuidan de hacer bien las cosas y sin embargo suelen estar indefensos ante quienes abusan de su honestidad. En esta sociedad hemos llegado al extremo de que muchas veces las víctimas tienen que pedir perdón a sus verdugos. Algo no va bien.

*Pintor