WLwos jubilados españoles son los que tienen peor vida cuando se les compara con sus semejantes de 15 países con niveles de desarrollo económico similar al nuestro. Contra las tesis más aceptadas de que en España se recurre demasiado a la jubilación anticipada, el estudio de una multinacional aseguradora lo rebate: los españoles declaran en la encuesta que les gustaría jubilarse a los 57 años, pero lo acaban haciendo a los 63, mientras que en otros países de la Unión Europea empiezan a disfrutar del tiempo libre a los 60 años.

Al alcanzar el retiro, los españoles vuelven a ser los que lo hacen en condiciones más precarias: necesitarían como mínimo 120 euros (20.000 pesetas) más cada mes para poder terminarlo sin penurias. Sus coetáneos belgas, alemanes o canadienses, todo lo contrario: la pensión que cobran les permite ahorrar con holgura.

Así se entiende que, cuando un español se jubila, pasea. Cuando un alemán o un francés se jubilan, viajan. Más allá de las comparaciones, el estudio debería servir para acallar de una vez a quienes en nuestro país aún se quejan en los foros de opinión de que las pensiones actuales son demasiado altas para lo que se ha cotizado, olvidando que ya son muchos los que empezaron a hacerlo hace 35 años.