La entrevista con Federico Lombardi, nuevo responsable de comunicación del Vaticano, que hoy publica EL PERIODICO, primera que concede a un medio español, indica que Benedicto XVI está bien acompañado en un área tan sensible. Al menos, lo está por un hombre que responde a todas las cuestiones de actualidad que se le plantean y que está lejos de la extendida imagen según la cual la Iglesia católica vive ensimismada, ajena a problemas que afectan a millones de personas. No en vano, Lombardi, jesuita de 65 años, es periodista y lleva media vida en el mundo de los medios: ha sido director de Radio Vaticano desde 1991 y desde 2001 es también director del Centro Televisivo Vaticano. A Lombardi le ha tocado sustituir al español Joaquín Navarro Valls, un hombre que ejerció el cargo durante 22 años y que era de la plena confianza de Juan Pablo II, un Papa de un estilo, en el plano de la comunicación, muy diferente al actual. Lombardi es consciente de que Ratzinger tiene un perfil distinto a Wojtyla. Piensa que cada tiempo tiene su estilo y cada persona, el suyo propio, pero combate la simplificación de que Juan Pablo II hablaba para las masas y el actual Pontífice se dirige a los intelectuales. Sobre la reciente polémica en la que se ha visto envuelto el Papa por una cita histórica sobre el islam, Lombardi mantiene una posición original: cree que Ratzinger no tenía que pedir perdón porque no tuvo intención de ofender a nadie. Y la remacha con dos ideas: los católicos respetan a las demás creencias y nadie puede utilizar el nombre de Dios para dañar a los demás.