Luis Felipe Guardado, el chico de Coria que con 22 años falleció el lunes al precipitarse al vacío desde un 12º piso en Madrid, fue enterrado ayer en el cementerio de su pueblo natal. Más de 2.500 personas se congregaron sobre las 11 de la mañana en la catedral para acompañar a la familia en estos duros momentos y asistir a la misa funeral que el párroco de San Ignacio, Julián Carlos Pérez, ofició por el alma del joven. Tus amigos no te olvidan es uno de los mensajes que pudieron leerse en las coronas de flores que colgaban del coche fúnebre que trasladó los restos mortales del chico desde el Tanatorio de Coria hasta la catedral.

MOMENTO EMOTIVO La entrada y salida del féretro de la catedral estuvo cargada de emotividad y silencio que sólo fue interrumpido por los aplausos del público hacia Luisfe y por gritos de Campeón y Eres el mejor que le dedicaron sus amigos más íntimos. Después de la misa funeral los asistentes dieron el pésame a la familia durante 40 minutos.

Respecto a lo que sucedió el pasado día 25, se barajan distintas versiones, aunque aún no hay una oficial. Luisfe trabajaba en el Metro de Madrid de vigilante, una labor que compaginaba con la de recortador de toros. Esta afición la compartía con sus dos amigos más íntimos José Antonio y Guillermo Martín Piro que ayer no pudieron contener las lágrimas al tener que despedirse de su mejor amigo.