Eva María llega a Trujillo desde Cáceres aompañada por su hermana y su prima, dispuestas a plantarle cara a una enfermedad que hace menos de un año arrebató la vida a su abuela. Por eso «hoy teníamos que estar aquí», asegura «porque es necesario que todos aportemos nuestro granito de arena para que se siga luchando para acabar con el cáncer». La lucha contra esta enfermedad «es cosa de todos», dice Aurora «ya que nos puede tocar a cualquiera de nosotros o a alguien de nuestro entorno». Esta miajadeña ha vivido de cerca cómo el cáncer acabó con su padre y con una cuñada. Todas y cada una de las casi 2.500 personas que han participado en la sexta edición de la marcha contra el cáncer de Trujillo tiene un buen motivo para acudir a cualquier iniciativa solidaria como esta, que busca fondos para acabar con una lacra social que afecta a más de 247.000 personas en nuestro país, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

MAREA ROSA/Ataviados con camiseta rosa y dorsal al precio de cinco euros, la marea humana partió de la plaza Mayor para recorrer cinco kilómetros de trayecto por las calles de la ciudad y la pedanía de Huertas de Ánimas. Algunos lo hicieron caminando y otros a la carrera para llegar los primeros a la meta. Tampoco faltaron a la cita varias decenas de perros acompañando a sus dueños, que lucieron un pañuelo rosa al cuello. En este evento más que en ningún otro lo importante es participar colaborando con la causa, recibiendo como premio la satisfacción de contribuir a mejorar la vida de los demás o la de uno mismo. Por eso, todo lo recaudado con las inscripciones, la paella y la venta de objetos artesanales hechos por voluntarias de la delegación local de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se destinarán a investigar la enfermedad, según la organizadora del evento, Ana Bravo.

La jornada se desarrolló en medio de un ambiente festivo que concluyó con la degustación de paella elaborada por miembros de la AECC, bares y tiendas de la plaza Mayor. Cerca de 800 raciones de arroz, al precio de un euro el plato, que supieron a gloria, sobre todo por su carácter solidario. De que así siga siendo se encargará la delegación trujillana de la AECC con la colaboración del Ayuntamiento de Trujillo.