Como es ya habitual en estas fechas, ayer se celebró en Piornal el Jarramplas y en Acehúche, Las Carantoñas, fiestas de Interés Turístico Regional que congregaron en torno a una tradición centenaria a los vecinos de ambas localidades y de pueblos cercanos además de algún turista. Hubo colorido, buen ambiente y ausencia de incidentes.

Ambas fiestas comenzaron bien temprano, pero no fue hasta el mediodía cuando alcanzaron su esplendor. En el caso del Jarramplas salió de su casa acompañado de una gran algarabía popular, que le lanzó nabos hasta llegar a la iglesia, en donde a las once el joven piornalego de 27 años, Sergio Díaz, vestido de Jarramplas, participaba en la procesión de San Sebastián, al que también sacaron en Acehúche una hora más tarde.

En cuanto a las caratoñas , siempre hombres, vestidos con seis pieles, y que portan en la cabeza una máscara de piel, es una fiesta en la que también son protagonistas los tiraores , jóvenes armados que esperan al santo a la salida de la iglesia y en las esquinas para disparar a su paso, a modo de salvas, y las regaoras , mozas que escoltan la imagen, regándolo de confetis. Se da por finalizada cuando aparece la Vaca-tora , una carantoña con grandes cuernos de vaca cuya misión es asustar a las demás.

Los origenes de ambas fiestas no están muy claros, pero señalar que sobre el Jarramplas hay dos teorías, una en la que afirman que fue un guerrero cristiano despreciado por el pueblo y otra que fue un mártir que los judíos mataron por no renegar al cristianismo. Pero la línea más acertada es que fue un ladrón de ganado, y como castigo fue lapidado con una lluvia de nabos.

En cualquier caso, para Sergio Díaz reencarnarlo "es el cumplimiento de una promesa".