La diversidad de colores en las fachadas de los edificios y comercios de Coria no es lo más atractivo de la ciudad. De hecho, tonos como el amarillo, el verde, el rojo o el azul no están permitidos y en caso de que se utilicen para pintar, el ayuntamiento se encarga de borrarlos. El ejemplo más claro es el de Encarnación Hernández, una vecina de Coria que solo 18 días después de abrir su negocio, un herbolario, ya ha recibido un aviso de la Policía local de que en un plazo de 15 días debe eliminar el color verde con el que ha pintado la fachada de su local por "incumplir las normas urbanísticas", según el aviso. "Mandé pintar la fachada de color verde pastel porque me parecía lo más acorde con un herbolario", comentó ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA, mientras trabajaba en su local ubicado en la Calle Sánchez Bustamante.

Varios casos

El caso de Encarnación no es el único. De hecho, hace un tiempo el ayuntamiento ya pidió retirar la pintura de color rojo que una conocida marca de comestibles plasmó en la fachada de un comercio de la Avenida Sierra de Gata. Sus dueños han mantenido una discreta franja roja y el resto lo han repintado de blanco. "La normativa que se enmarca dentro de las Normas Subsidiarias de 1992 que regula el color de fachadas de edificios es clara y recoge que el colorido responderá a una gama mate de ocres y tierras en tonos claros o blancos", explicó el aparejador municipal, Jesús Moreno, que añadió que en este asunto el ayuntamiento es permisivo y "no ha llegado a sancionar", aseguró. Aunque en el caso de que el dueño no atienda el aviso, "el ayuntamiento pinta y después le pasa las costas al dueño", señaló.