Los tocados y pamelas para invitadas de boda, e incluso cada vez más para las novias, están de moda. Lo sabe bien Amparo García, una trujillana que en poco tiempo ha pasado de customizar algún bolso o sombrero para ella o su hija a dedicarse a decorar las cabezas de casi todas las trujillanas. Animada por una amiga a la que le encantaba todo lo que Amparo diseñaba con tanta maña, decidió invertir algo de dinero en lo que tanto le gustaba. De ahí que lo que comenzó como un hobby se ha convertido ahora en su negocio. Y así es como el taller artesanal de Tokados, sobre todo ahora en época de comuniones y bodas, está lleno de pamelas, tocados, sombreros, tiaras, bandas y otros complementos que casi cualquier mujer se ve ya obligada a lucir en los grandes eventos «ya que potencian tanto el estilo como la personalidad de cada una y destaca sus atributos», asegura la creadora.

Le gusta mezclar texturas como terciopelo, porcelana fría y flores preservadas «porque de este modo es más fácil que nos pegue el tocado con cualquier tipo de tela o tejido que vistamos». Si la boda es de mañana lo ideal es llevar una pamela Scarlett, «eso sí, lo suyo es hacerlo hasta las siete de la tarde o así y luego quitárnosla y ponernos en el pelo solo el adorno», comenta. En cambio, para una comunión, recomienda un sombrero canotier «sin brillos porque es una ceremonia menos importante», y para una graduación, lo ideal son las diademas y bandas», apunta. En cuanto a los materiales de más tendencia, Amparo suele utilizar porcelana, «sobre todo para novias ya que es un material más caro» , pero también metales, cristales y resina pintada con acrílico.