Dieciocho personas murieron ayer asfixiadas en el albergue de la ermita de Sant Cristóbal, en Todolella (Castellón), mientras dormían después de haber celebrado una fiesta de cumpleaños. Los fallecidos pertenecían a un grupo de unas 60 personas, la mayoría de entre 20 y 40 años, que se habían reunido en el albergue para celebrar el 50 aniversario de un vecino de Herbés, una localidad próxima.

Según las primeras investigaciones policiales, todo apunta a que la intoxicación se produjo por una mala combustión de unas estufas de gas butano que las víctimas encendieron al no funcionar la calefacción. La combustión deficiente se habría producido por falta de oxígeno, lo que provoca que se libere monóxido de carbono, gas inodoro y mortal. También es probable que una de las estufas se apagara accidentalmente y el butano envenenara a las víctimas, aunque para no percibir el butano debían estar muy dormidas.

EN LOS SACOS DE DORMIR Al parecer, después de la fiesta, que terminó bien entrada la madrugada, la mayoría de los participantes, llegados de diferentes pueblos de la comarca, volvieron a casa. Una veintena decidieron quedarse a dormir en el albergue. Para combatir el frío dejaron encendidas dos estufas de gas butano con placa.

Los cuerpos fueron encontrados sobre las cuatro de la tarde por empleados de la hospedería, quienes avisaron a un médico de la localidad próxima de Forcall. Los responsables del albergue confirmaron que al entrar en la habitación percibieron un fuerte olor a gas. Un testigo explicó a las familias de las víctimas que la mayoría de cuerpos estaban en sus sacos de dormir, pero otros estaban en el suelo en el camino hacia la puerta de la habitación.

DOS SUPERVIVIENTES Dos personas que dormían en una estancia contigua salvaron su vida. Fueron halladas inconscientes y trasladadas a un hospital. Una de ellas, Bartolo, era precisamente quien celebraba su 50 años.

Al cierre de esta edición no había trascendido oficialmente la identidad de las víctimas, aunque los vecinos conocían a la mayoría. Todos eran participantes en la fiesta que residían en la comarca, aunque el aniversario congregó también a amigos venidos de Teruel y Valencia.

Una de las víctimas es una joven llamada Patricia Jiménez. Además, puede haber miembros de los dos grupos musicales que actuaron. Los cadáveres debían ser trasladados al Instituto Anatómico Forense de Castellón en cuanto lo ordenara la juez encargada del caso. La realización de las autopsias debe confirmar que murieron asfixiados y aclarar si fue por el monóxido de carbono o por la inhalación directa del butano. Además, técnicos de empresa Repsol Butano desplazaron a técnicos especializados con el mismo objetivo.

PSICOLOGOS La consternación más absoluta se apoderó de La Todolella, una pequeña localidad de 136 habitantes situada en la comarca de Els Ports, unos 100 kilómetros al noroeste de Castellón. Los familiares de las víctimas se congregaron anoche a la espera de noticias en el polideportivo municipal, donde eran atendidos por personal de la Delegación del Gobierno y de la Generalitat valenciana, que envió un equipo de psicólogos para que asistieran a los familiares. Otros vecinos esperaban en el bar del pueblo que sonara el teléfono para que les comunicasen la lista oficial.