Han logrado ganancias multimillonarias. ¿Su negocio? El tráfico de seres humanos a gran escala. Unas 200.000 personas, procedentes, en su mayor parte, del Kurdistán turco, han entrado clandestinamente en el Reino Unido a bordo de camiones, furgonetas, coches y aviones, después de pagar importantes sumas de dinero. Ayer, la operación Bluesky, una misión coordinada por fuerzas policiales de seis países, culminó con la desarticulación en Inglaterra de la mayor red conocida de inmigrantes sin papeles en Europa.

Más de 200 agentes británicos penetraron al amanecer en una docena de domicilios privados y propiedades comerciales de Londres, Kent y Linconshire, y detuvieron a 19 personas sospechosas de formar parte de la red de traficantes y de blanquear el dinero obtenido ilegalmente. Culminaban así dos años de trabajo e intercambio de información entre Italia, Dinamarca, Bélgica, Holanda y Francia.

Huyendo de la pobreza, cada uno de los inmigrantes que ansiaba poder encontrar una vida mejor en el Reino Unido pagó una auténtica fortuna, que oscilaba entre 4.000 y 7.000 euros. Distribuidos en grupos de 20 personas, su azaroso viaje, que en ocasiones llegó a durar varios meses, les llevó a cruzar el continente europeo, pasando bajo el poder de sucesivas bandas mafiosas. Sin documentos y cargados de deudas, los recién llegados sólo tenían la opción de intentar sobrevivir clandestinamente.