El primer curso con un ordenador por cada dos alumnos toca a su fin en Extremadura. La informatización de las aulas ha sido una medida alabada, premiada y copiada. Los profesores han realizado cursos de iniciación para enfrentarse a las nuevas herramientas de trabajo. A los centros empieza a llegar una nueva figura escolar: el responsable de los ordenadores, alias El Informático . ¿Pero qué está sucediendo con los alumnos? ¿Se familiarizan con sus ordenadores, los utilizan convenientemente?

Los profesores extremeños llevan desde este año una llave nueva en su bolsillo: la de los compartimentos donde se guardan las torres de los ordenadores del aula. Sólo con esa llave se pueden abrir. Sin embargo, los escolares, que suelen adelantarse a las prohibiciones y descubren la trampa antes de conocer la ley, ya saben cómo usar su ordenador sin necesidad de llave: dejan la torre encendida, apagan el monitor y en cuanto el profesor se va de clase, lo encienden.

En los institutos extremeños, desde este año, ha aparecido un nuevo tipo de amonestación: "Por tener encendido el ordenador en clase sin permiso". Si antes eran amonestados por leer revistas de chicas, de caballos, de cotilleos adolescentes o de caza, y por dibujar caricaturas o jugar a los barcos, ahora, en cuanto el profesor se despista, encienden el monitor y chatean como posesos con las de la clase de al lado o con las de Cancún.

EL FLECHAZO MEJICANO Por cuestiones de coincidencia horaria, los escolares extremeños chatean mucho durante la mañana con mejicanos y mejicanas, lo que provoca numerosos flechazos amorosos virtuales entre aztecas y lusitanas. De que durante la mañana se chatea mucho en los institutos dan fe las relaciones que se establecen entre jóvenes de Mérida y Hervás, de Zafra y Navalmoral, de Valencia de Alcántara y Castuera.

Otra novedad algo chusca de los ordenadores es que las nuevas mesas facilitan el copieteo y las chuletas. Al no poder separarse los alumnos, es necesario poner exámenes diferentes. De lo contrario, con una mirada disimulada ves todo el examen del vecino. Por otro lado, los cajones retráctiles, donde se coloca el teclado, permiten disimular en ellos libros, resúmenes y esquemas que aparecen y desaparecen como por arte de magia.

Acaba de realizarse una encuesta, la primera que se conoce, sobre cómo utilizan los estudiantes extremeños los ordenadores en las aulas. La encuesta ha consistido en 50 entrevistas personales a otros tantos alumnos y alumnas de diferentes niveles (ESO, Bachillerato y Módulo de grado medio). Se les preguntaba si usaban muy poco, a veces o mucho el ordenador de clase para chatear, buscar información y trabajar, jugar, visitar páginas pornográficas o visitar páginas relacionadas con el instituto y la enseñanza.

La primera conclusión que se colige de la encuesta es que los chicos utilizan mucho el ordenador para jugar, a veces para buscar información y algo para acceder a páginas porno, que aunque no lo parezca, se pueden visitar desde los ordenadores de los institutos. Entre las chicas, por el contrario, sólo el 4 % visita páginas porno, aunque el 48 % utiliza el ordenador para chatear y el 40 % para buscar información y trabajar en clase.

Si sumamos los resultados de hombres y mujeres, los titulares que resumirían la encuesta serían: el 36 % de los escolares extremeños chatea mucho desde el aula y el 38 % a veces; el 74 %, utiliza el ordenador de clase para buscar información mucho o a veces; el 52 % juega mucho en clase desde su terminal; el 66 % no visita nunca páginas porno (el 16% a veces y el 16 % mucho) y el 62 % busca mucho o a veces páginas relacionadas con su instituto y la enseñanza.

Por niveles, en 1. y 2. de ESO, el ordenador se utiliza sobre todo para jugar. A veces buscan información y casi nunca visitan páginas porno. En 3. de ESO, curso conflictivo de cambios y despertares, el chat irrumpe con fuerza entre los escolares extremeños, que siguen jugando como en el primer ciclo de ESO. También es en 3 donde se confiesa más interés por las páginas pornográficas gratuitas.

Al llegar a 4. de ESO, los alumnos encuestados dejan de chatear, ya casi no juegan y parecen aficionarse a recoger información y a visitar las webs de sus institutos y las que están relacionadas con la enseñanza. En Bachillerato y módulos de FP, los ordenadores se usan sobre todo para buscar información y trabajar, aunque los bachilleres chatean y juegan bastante más que los estudiantes de módulos. A esas edades (17-18), las páginas porno ya no parecen interesar.