A pesar de la dureza de sus palabras, Rouco acabó su discurso manifestando la disposición de la Iglesia al "diálogo verdadero en el contexto de una sociedad democrática", especialmente "con las autoridades legítimas a quienes compete la responsabilidad". Dijo que la jerarquía católica "no busca nunca la confrontación".

El secretario de organización del PSOE, José Blanco, respondió que su partido acepta la oferta de diálogo "siempre y cuando sea desde la verdad de las cosas". "La religión es un derecho garantizado, de la eutanasia sólo habla la Iglesia y el aborto sigue como durante el Gobierno del PP. Nada ha cambiado", sentenció.

El nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, rompió ayer, por su parte, su tradicional diplomacia en la inaguración de las asambleas plenarias para cargar contra las bodas homosexuales que prepara el Gobierno español.

De Castro negó la condición de matrimonios para los uniones entre personas del mismo sexo. "El matrimonio no puede ser más que el amor entre un hombre y una mujer abierta a los hijos", defendió en su intervención, tras la del cardenal Rouco.

Monteiro de Castro fue más allá y dijo: "Las relaciones homosexuales no pueden ser equiparadas al matrimonio ni pueden ser reconocidas como tales por por unas leyes justas".