Ha pasado de vender 300 casettes cada viernes en el mercadillo de la puerta del Sol de Plasencia a vender uno "y si es un día que hay suerte".

Juan José Morales lleva instalando su puesto de cintas de música en esta plaza desde hace 35 años, cuando comenzó con su padre con tan solo 7. Recuerda que entonces el negocio familiar sí marchaba bien ya que "vendía más de 300 cintas de música a 200 pesetas de las de antes, y en los últimos años de la peseta las vendía a 400, así que imaginate qué negocio era".

En esa época, el puesto estaba íntegramente dedicado a la venta de cintas, pero en una etapa en la que estas y los discos han dejado paso a las descargas de Internet en formatos MP3, entre otros, su puesto no tiene mucha demanda. Los ciudadanos que pasean por la calle ya no tienen walkman y algunos ni siquiera discman . Incluso en el coche pocos tienen todavía el formato para cintas, la mayoría para CD y, cada vez más, para música descargada en la red.

Por su escasa demanda, el placentino vende a tres euros aquellas que pueden tener "un poco" más de aceptación y mantiene una oferta de dos cintas por un euro para las que llevan más tiempo en su posesión. Juan José destaca que hay cintas que tienen más de 25 años y cuando las venda "se acabó, puesto que ya no se fabrican".

Será entonces cuando seguirá vendiendo, como ya lo hace ahora, "un poco de todo": gafas de sol, elementos de papelería, sombreros y ahora adornos de navidad- porque él no cesará en su intento de seguir trabajando "en lo que sabe y en lo que ha hecho toda la vida".

Así pues, se ha amoldado a los tiempos y sus cintas ya solo están en un rincón de su puesto junto a CD y DVD, eso sí, todos antiguos: "Mi clientela es toda gente mayor, ningún joven porque estos se bajan la música de internet, así que es por eso por lo que el tipo de música que vendo son sevillanas, flamenco, pasodobles y rumbas". Además, dice que de encargo trae "lo que me pidan", eso sí, solo si se lo encargan porque "si no, no lo vendo".

Mientras que siga Juan José en este mercadillo de la puerta del Sol, será posible encontrar un puesto en la ciudad donde se pueden adquirir cintas, sobre todo, para aquellos melancólicos que quieran hacerse con las más antiguas del mercado, ya sea para su colección o simplemente para recordar un momento vivido con una determinada canción antigua.

Ahora los placentinos están a tiempo. Cuando Juan José dé por finalizado el negocio no, ya que de su padre pasó a él, pero él no se lo pasará a sus hijos. "Ellos ya tienen sus propios negocios y esto la verdad es que no da para mucho, lo que pasa es que yo me he criado en esto y además de que ya no me vería en otro oficio, me daría mucha pena abandonarlo".