La atracción por las imágenes aéreas puede explicarse por cierta nostalgia de un remoto pasado de animal volador. Ese es el impulso que lleva a escalar montañas, torres, lugares elevados para ver diminutos edificios, diminutas gentes. Una parte del mundo en una mirada, como si pudiera contenerse, como si así, viendo, se constarara lo que dicen los mapas. Contemplar Badajoz desde las alturas despierta algo de esa sensación: por el pasado, cuando la ciudad era asfixiantemente provinciana, en el siglo XIX, y por el presente, cuando extiende sus brazos con proporciones algo desmesuradas para una capital de provincia: el centro se descentra y los lugares se vuelven más remotos. Esto es lo que permite la exposición de 59 fotografías aéreas que se exhibe en la sala de la Diputación de Badajoz. Allí crece la ciudad desde 1814 hasta la actualidad.

La exposición ha sido organizada por el fotógrafo pacense Juan Carlos Vidarte, que ha recopilado estas fotografías buscando en los archivos del Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire y ha contado también con la colaboración de la empresa Paisajes Españoles, S.A., dedicada a la fotografía aérea.

Según explicó Vidarte, en las fotos expuestas se encuentra una colección de 11 imágenes tomadas en 1914 desde un globo por un grupo aerostático del ejército, que muestran algunas instantáneas inéditas, como la base de la ermita de la Consolación, que están en la Alcazaba árabe, y otras muchas partes de la ciudad, como el Casco Antiguo o el Puente de Palmas, informa Europa Press.

Además de las fotografías, la exposición muestra una serie de cámaras fotografías con las que el centro militar hace sus fotos aéreas.