La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recordó hoy a España que tiene una de las mayores tasas de abandono escolar de entre los países que la integran, y subrayó la importancia de corregir esa tendencia por su impacto económico a largo plazo.

El estudio sobre "Equidad y calidad de la educación" apunta que en 2009 el 36 % de los jóvenes de entre 25 y 34 años habían dejado la secundaria, 17 puntos más que la media de la OCDE, solo superado por Portugal, México y Turquía.

El porcentaje de parados entre las personas de 25 a 64 años que no completaron la secundaria se elevó 9 puntos entre 2008 y 2009, tres puntos más que en aquellos que sí superaron esa etapa, apunta la OCDE en un capítulo dedicado en exclusiva a España.

El organismo subraya que en tiempos de crisis la educación es un sector de inversión clave para fomentar la recuperación y el crecimiento a largo plazo, así como que el bajo nivel de enseñanza mina la capacidad de un país para desarrollarse e innovar.

En España, según sus datos, los estudiantes de las clases socioeconómicas más bajas tienen más del doble de posibilidades (2,26) de sacar peores resultados académicos que sus compañeros de entornos más favorecidos, un porcentaje que sin embargo está por debajo de la media de la OCDE

(2,36).

Los estudiantes con padres de nivel educativo bajo tienen igualmente el doble de probabilidades de obtener peor rendimiento, lo que se sitúa dentro de la media del resto de países, mientras que los chicos tienen 1,68 posibilidades más de rendir menos que las chicas.

El estudio, que saca conclusiones de análisis anteriores de la organización, recuerda que la capacidad lectora de uno de cada cinco alumnos españoles no alcanza el nivel exigido "para poder funcionar en el actual modelo laboral".

La OCDE subraya que aunque las diferencias académicas entre estudiantes de 15 años de edad en diferentes escuelas es baja, los centros en desventaja "tienden a reforzar las desigualdades porque no mitigan el impacto negativo de los entornos desfavorecidos en su rendimiento".

Para el organismo, mejorar la calidad y equidad del sistema, entendida como la capacidad de que las circunstancias personales o sociales no obstaculicen su potencial, es un "factor clave" para reducir el desempleo y fomentar el crecimiento.

La OCDE aboga por eliminar la repetición de cursos, "una práctica costosa" y poco efectiva, y apunta que el 35 % de los españoles habían repetido al menos un curso al llegar a los 15 años, frente a la media del 13 % de los países de la organización.

Se destaca igualmente que solo uno de cada cinco niños de clases sociales más bajas acude a una escuela privada, y se aboga por políticas que faciliten una distribución más equilibrada, con incentivos que hagan más "atractivos" ese tipo de estudiantes para los colegios.

El organismo considera además que la separación de los alumnos por habilidades debe limitarse a un cierto número de asignaturas y de manera temporal, y no establecerse como una práctica habitual del sistema.

El texto hace hincapié además en que más de la mitad de los profesores del primer ciclo de secundaria creen que el comportamiento de los estudiantes entorpece la instrucción, y se insta a fomentar un ambiente positivo en las clases.

Entre los puntos positivos, no obstante, se alaban iniciativas como los contratos-programa para el incremento del éxito escolar, establecidos en 2011, y que se califica de medida "prometedora" para instituciones con alumnos desventajados.