El Papa dijo hoy que el intento del hombre de eliminar a Dios de su vida como condición para lograr la felicidad "no ha dado resultado", más al contrario, "le ha privado de las esperanzas necesarias para afrontar las dificultades y desafíos diarios".

Benedicto XVI así lo manifestó en el discurso que pronunció hoy ante el alcalde y el Consejo Municipal de Roma, durante su visita al Ayuntamiento de la ciudad de la que es Obispo, en el que reivindicó las raíces civiles y cristianas de la Ciudad Eterna.

Benedicto XVI habló de los problemas que afectan a la capital italiana, entre los que resaltó los económicos derivados de la crisis económica actual, y los recientes casos de violencia contra mujeres, que han desatado la preocupación de los ciudadanos.

"Los episodios de violencia demuestran un malestar profundo. Son la señal de una pobreza espiritual que aflige al corazón del hombre. La eliminación de Dios y de su ley, como condición de la realización de la felicidad del hombre, no ha alcanzado su objetivo, al contrario, priva al hombre de las certezas espirituales y de las esperanzas necesarias para afrontar las dificultades y desafíos diarios", afirmó el Papa.

El Pontífice agregó que ante la "preocupante endeblez" de los ideales humanos y espirituales, la Iglesia, a través de sus parroquias y de otras realidades eclesiales, está comprometida en una obra educativa para que las nuevas generaciones descubran los valores perennes.

Tras visitar el Ayuntamiento de Roma, el Papa se trasladó al cercano monasterio de Santa Francisca Romana en Tor de Specchi, en el centro de la capital, donde saludó a las monjas que viven en él, ante las que destacó la importancia del silencio y la plegaria en la vida actual.

Benedicto XVI manifestó que la vida contemplativa está llamada a ser una "especie de pulmón espiritual" de la sociedad, "para que a todo el activismo de una sociedad no falte el respiro espiritual, la referencia a Dios y a su diseño de salvación".