Unas palabras del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, han vuelto a poner en entredicho el futuro de las energías renovables en España, un sector considerado crucial para el desarrollo económico de la comunidad autónoma y prácticamente el único que hasta ahora estaba sorteando la crisis de forma más o menos airosa.

En una entrevista en televisión, Soria se preguntó esta semana si la capacidad instalada de producción de energías renovables que reciben prima debe seguir aumentando y adelantó que esta cuestión forma parte de las reflexiones de su departamento acerca de la reforma del sistema energético. "¿Debemos seguir aumentando esta capacidad instalada? Y, sobre todo, ¿debemos seguir aumentando la de las más caras y las que requieren una prima?", apuntó Soria.

Hace menos de un año, la Junta de Extremadura, los sindicatos UGT y CCOO y la Confederación Regional Empresarial de Extremadura (Creex) firmaron el Acuerdo para el desarrollo energético sostenible de Extremadura 2010-2020 , un anexo al Pacto social y político de reformas para Extremadura . Este documento aseguraba que "En la situación actual de crisis económica, el sector energético, además de esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad, presenta en Extremadura un fuerte potencial de inversión y de creación de empleo de calidad".

El acuerdo incluía previsiones sobre la capacidad de generación de empleo que tenían estas energías limpias en la comunidad autónoma tanto durante el proceso de construcción de las plantas como ya una vez puestas en marcha. En el primer caso, se calculaba que entre el 2010 y el 2020 podría crearse el equivalente a cerca de 20.000 puestos de trabajo directos, a los que se sumarían más de 6.000 de carácter indirecto. En cuanto a las tareas de operación y mantenimiento de estas instalaciones, los puestos de trabajo directos podrían sobrepasar los 2.300 más otros 1.500 indirectos. En total, casi 30.000 empleos que podrían irse al traste si hay un cambio en la política energética del Gobierno.

Los argumentos que esgrimió Soria para cuestionar que se mantenga el apoyo a las renovables son, por una parte, que España tiene una capacidad instalada de 100.000 megavatios (mw) y que la demanda punta a veces no llega ni siquiera a la mitad de esta potencia. Por otra, que el coste de la energía es uno de los factores que impiden a las empresas españolas ser competitivas y vender fuera "más, mejor y más rápido".

Tanto en el Cluster de la Energía de Extremadura como en Protermosolar reconocieron ayer que existe inquietud en el sector, no ya solo por las palabras del ministro, sino porque estas llegan menos de dos meses después de que Unesa, la patronal que agrupa a las cinco grandes eléctricas, solicitase abiertamente una moratoria de tres años para las tecnologías termoeléctrica y fotovoltaica. Ambos colectivos han pedido ya a la Junta de Extremadura que defienda ante el Gobierno central los intereses de la comunidad autónoma en esta materia.

Fue en noviembre pasado cuando la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa) planteó una moratoria para las tecnologías termoeléctrica y fotovoltaica de tres años. Su presidente, Eduardo Montes, justificó lo adecuado de esta medida aludiendo a la escasa madurez de las tecnologías solares, a la contribución que a su juicio hacen al déficit de tarifa y al riesgo de que la termoeléctrica acabe conviertiéndose en una "mochila" tan pesada como la fotovoltaica. Según los cálculos de Unesa, esta moratoria permitiría ahorrar al sistema eléctrico 8.300 millones de euros en primas hasta 2020.

Particularmente, Montes situaba en el punto de mira los 2.500 mw termosolares ya inscritos en el prerregistro de asignación, un 40% de ellos en Extremadura. "Ni mucho menos nos oponemos a las energías renovables, lo que planteamos es que poco a poco se vayan incorporando aquellas que sean más competitivas", insistieron ayer fuentes de Unesa, que calificaron la termosolar o la fotovoltaica como "tecnologías inmaduras que cuestan muchísimo dinero al consumidor". ¿La moratoria que se solicita incluiría también las plantas que estén en construcción o, incluso, ya en funcionamiento? "Habría que en ver cada caso qué es más interesante para el consumidor", respondieron en esta asociación. "Lemóniz (central nuclear vizcaína que no llegó a entrar en funcionamiento) estaba al 90%", remacharon las citadas fuentes.

SEIS PLANTAS FUNCIONANDO En Extremadura existen ya seis plantas termosolares en funcionamiento, nueve en construcción y otras cuatro aprobadas. Además, hay decenas más de proyectos. A finales del 2009, la Junta tenía identificados más de sesenta expedientes viables en la región. El presidente de la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica (Protermosolar), Valeriano Ruiz, señaló ayer que existe "preocupación" en el sector ante la posibilidad de que las "intoxicaciones de Unesa e Iberdrola, que sistemáticamente hablan de los perjuicios de las energías renovables", puedan tener efecto.

Directivos de esta asociación se entrevistaron el pasado 11 de enero con el Presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago. Valeriano Ruiz hizo un balance muy positivo del encuentro ya que, dijo, Monago se comprometió a "defender los intereses de Extremadura" y a intentar hacer frente común con Andalucía y Castilla-La Mancha, las otras dos regiones que se verían más afectadas de haber recortes. "Es algo vital para la región", incidió