Air Drone View es una de las empresas pioneras del sector en la región. Se creó en abril del 2014 y en octubre de ese año ya se dieron de alta en el registro de Aesa. «Fuimos los primeros en Extremadura», afirma María del Mar Rodríguez, una de sus dos socios. Ella es ingeniera industrial y se encarga, entre otras, de las tareas de mantenimiento y formación. José Fernández, con una amplia experiencia previa en el sector de la aviación civil, es el piloto.

Desde que Air Drone View echó a andar, cuenta María del Mar Rodríguez, la situación ha ido cambiando en el sector: «Al principio otras productoras decían ‘yo no tengo dron, así que contrato a gente que hace ese servicio y que tiene experiencia’; pero con el tiempo han empezado a pensar que era más económico comprarse ellos un dron y establecerse como operador». Eso, agrega, ha hecho que las empresas que nacieron centradas en el ámbito de estas aeronaves también hayan tenido que ampliar su margen de maniobra y convertirse «en pequeñas productoras audiovisuales. Si no, no hay negocio para todos. Solo el dron a día de hoy no es una opción. Quizás hace dos años sí lo fuese, pero ahora no», recalca. «La última producción audiovisual que hemos hecho es un documental para Canal Extremadura, de 26 capítulos de 26 minutos cada uno [Extremadura, el lenguaje de tu tierra], y el porcentaje de dron es aproximadamente un 2%», arguye.

Además, esta empresa también realiza otros proyectos, como levantamientos topográficos o fotogrametría, una técnica con la que se elaboran mapas y planos de grandes extensiones de terreno por medio de las fotos aéreas, lo que permite hacer el seguimiento de proyectos de obra civil (de una carretera, por ejemplo).

Esta emprendedora confía en que la nueva ley facilite el trabajo de los operadores en cuestiones como el vuelo en los espacios controlados o los urbanos y nocturnos. «Es algo fundamental para el sector dron. El dinero en el campo audiovisual está en la ciudad: en la boda, en la carrera, en el partido de fútbol,… y ahí es donde nosotros podremos abrirnos un hueco y habrá trabajo para todos», aduce.

Formación

Si bien la ley no permite que los operadores por sí solos puedan formar a otros pilotos, Air Drone View mantiene un acuerdo con una Organización de Formación Aprobada (denominadas ATO) por el que llevan impartiendo formación desde hace dos años. En este sentido, precisa, «tanto el año pasado como este hemos ganado una licitación promovida por el Sexpe y Feval por la que se está ofreciendo formación totalmente gratuita para empleados y desempleados».

Lo que se otorga es un certificado que verifica que se tienen una serie de conocimientos exigidos, tanto teóricos como prácticos. La duración de la instrucción, que está regulada por Aesa, puede ser de 50 horas (la básica) o de 60 horas. La parte práctica exige un mínimo de seis horas. La elección entre ambos tipos de aprendizaje determina qué clase de vuelo se puede realizar, ya que la más larga es la que permite efectuar vuelos más allá del alcance visual del piloto, necesarios para sobrevolar grandes extensiones de terreno.