Un día después de la tragedia aún no se había apuntado una causa oficial sobre el origen del incendio de la vivienda del número 2 de la calle José Morán de Almendralejo, que provocó la noche del lunes la muerte de Juan Antonio y Adrián, dos hermanos trillizos de dos años, que ayer recibieron sepultura en Aceuchal --de donde proceden sus padres-- en medio de la consternación general. Todo apunta --según los bomberos y distintas fuentes municipales consultadas por este periódico-- a que un brasero eléctrico pudo provocar el incendio de las faldas de la camilla situada en el salón de la vivienda, donde se encontraban los dos pequeños fallecidos, mientras la madre rescató al tercero, Iván, que estaba con ella en el baño y salió a pedir ayuda. Los vecinos y personas que pasaban por el lugar intentaron entrar en la vivienda para rescatar a los niños, pero no pudieron acceder a ella porque la puerta de la entrada a la casa se había cerrado tras estallar la ventana del salón fruto del calor acumulado. Tanto en Almendralejo como en Aceuchal se decretaron dos días de luto oficial por esta tragedia que se ceba con esta familia, ya que el padre de los trillizos falleció el pasado verano en un accidente de moto.

"Todavía no se conocen las causas", apuntó en la tarde de ayer la delegada del Gobierno,

Carmen Pereira, a la salida del funeral de los pequeños, que tuvo lugar en la iglesia de San Pedro de Aceuchal. En ese mismo sentido se pronunció el alcalde de Aceuchal, Juan Ramón Prieto. Lo que si se ha descartado es que una explosión de gas desencadenara la tragedia. Según señaló el alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, las pesquisas apuntan a un accidente originado en el salón de la vivienda por un aparato eléctrico. En ese lugar de la casa se encontraban los dos pequeños fallecidos, mientras que el tercer hermano estaba con la madre en otra estancia de la casa mientras, al parecer, se estaba limpiando los dientes.

Las investigaciones señalan que el fuego quemó la falda de la camilla del salón y se propagó rápidamente a un sofá pegado a la ventana que daba a la calle. El calor acumulado hizo que reventara esta ventana cuando la madre se percató de lo que estaba ocurriendo y cogió rápidamente al niño que tenía con ella para sacarlo fuera de la casa y salir a pedir ayuda.

María José, la madre de los pequeños, de 35 años, sufrió una crisis de ansiedad mientras pedía ayuda. El hijo al que pudo rescatar, Iván, se encuentra bien y ha pasado todo este trágico momento en casa de una vecina.

Varios vecinos relataron ayer lo sucedido y coinciden en que todo ocurrió "muy rápido", que las llamas salían por esa ventana mencionada y que la humareda impedía ver nada.

Ayer las escaleras y paredes presentan restos de hollín y el coche de la familia, con las sillas de los trillizos, permanecía aparcado en la puerta del bloque.