MADRID. Medianoche del pasado viernes en la madrileña Puerta del Sol. Unos chicos atienden a una manifestante tendida en el suelo tras la carga policial. En pie, una joven inmóvil pide auxilio a los antidisturbios que observan de cerca la escena. Uno de ellos se le acerca con calma y, sin mediar palabra, le asesta un brutal porrazo en el cuello. La chica se derrumba; los otros policías ni se inmutan. REDACCION