Un buen termómetro de la crisis ganadera ha sido la reciente feria de Zafra. La cita ganadera sigue atrayendo a un gran número de público que acude al certamen para conocer las novedades y acercarse al sector ganadero, unos datos que no coinciden con los resultados y remates de las subastas. El sector porcino y el vacuno han sido los peor parados, de los machos se han vendido en torno a un 52% y de las hembras solo un 10%, lo que supone un 30% del total; la cifra más significativa es que de las 190 hembras únicamente han sido adjudicadas 20. Y todo ello con un precio final que, en la mayoría de los casos, apenas superaba el precio de salida.

La situación del vacuno, tampoco ha sido muy diferente, de las 165 cabezas, se han adjudicado 44 y 121 han quedado desiertas, cifras poco esperanzadoras para el sector ganadero. De la raza retinta, la que mayor presencia ha tenido en la feria, se han adjudicados 11 machos de 18, 2 de las 24 hembras eralas y 5 de 72 hembras anojas, y a un precio muy inferior al del año pasado. La situación del ovino ha sido diferente, se ha adjudicado un 80% aproximado de todas las cabezas, pero eso sí casi todas se han adjudicado por poco más del precio de salida. Cabe destacar que este sector que lleva padeciendo una crisis sectorial desde hace varios años, por lo que este resultado y remate eran esperados por parte de los ganaderos.

Las causas de estos datos, según explican los propios ganaderos, hay que buscarlas en la crisis que atraviesa el sector desde hace varios años y que se ha acentuado en este último. Los altos costes de producción, el aumento de los piensos y del combustible hacen que se respire incertidumbre y que los ganaderos no se decidan a invertir en ejemplares de ganaderías selectas. Una cuestión que, como destacan los representantes de las asociaciones ganaderas, se ve agravada por la falta de ayudas directas a la compra de ejemplares. Estas subvenciones no se han concedido este año y ello ha repercutido negativamente en el resultado final de la compra.

Arranques a la baja

En su balance de la feria de Zafra, el secretario técnico de la Asociación de Criadores de Merino, Florencio Barajas, destaca que las subastas han demostrado la realidad del sector ovino, una situación del mercado en la que el vendedor tiene que bajar los precios de arranque para que las cabezas sean adjudicadas, por lo que no cubre los costes de producción ni el desembolso que los ganaderos han realizado para ir al certamen zafrense.

En cuanto a la Asociación de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber) su secretaria técnica, Elena Diéguez, manifiesta que este año no cabía esperarse algo distinto de lo que ha ocurrido, pero esta subasta ha sido una de las peores para esta organización. Sus asociados no se sienten satisfechos porque, pese a que han hecho todo lo posible por estar en la feria, "este esfuerzo no ha sido recompensado", sentencia. En cuanto al propio certamen zafrense, Diéguez considera que se debe profesionalizar aún más, para que los ganaderos y profesionales vean cumplidos sus objetivos y vean que la feria "sirve para algo".

Por su parte, José Antonio Pérez, secretario de la Asociación Retinta ha destacado que los ganaderos sienten una profunda desilusión. En este sentido, señala que las perspectivas para el año próximo no son buenas puesto que el sector está inmerso en una profunda crisis tanto sectorial como económica y financiera.

Todos estos representantes de las asociaciones ganaderas coinciden en destacar que "de no cambiar está situación habrá que replantearse la asistencia a la próxima feria de Zafra", puesto que los resultados de las subastas no compensan a los productores que han preparado sus ejemplares para este año obteniendo poco éxito a cambio.