"Hace unos meses hicimos un ejercicio de simulación: qué pasaría si Extremadura multiplicase por cuatro sus emisiones de CO2 de origen industrial y el resto de comunidades se mantuviese en los niveles actuales, cosa que no va a ocurrir?", expuso María Pérez, y agregó: "Pues que Extremadura, sin descontar siquiera lo que absorben los sumideros de CO2, pasaría del penúltimo lugar en cuanto a emisiones al cuarto por la cola".

De esta manera, la directora de Calidad Ambiental reivindicó "el mismo derecho que cualquier comunidad al desarrollo y a ser independientes de los subsidios europeos, que además se terminan". Según comentó, haciendo las cosas de forma razonable y siendo estrictos con las exigencias a las industrias "tendríamos la capacidad para este desarrollo y seguiríamos respirando aire de gran calidad".

Pérez comentó que las mediciones realizadas en los cinco puntos donde se cuenta con sistemas de control de la contaminación ambiental (al que se ha sumado hace un mes un sexto punto en Plasencia) certifican que la calidad del aire en Extremadura es óptima, y que sólo en determinados momentos y en algunos lugares se sobrepasa ligeramente uno de los indicadores, el de partículas en suspensión, pero debido a la llegada de vientos saharianos que portan estas partículas.

La directora de Calidad Ambiental indicó que este nivel de calidad en el aire es el resultado de que "las cosas se han hecho bien, y se ha realizado un gran esfuerzo para que esto sea así". Pérez aludió a la amplitud del territorio y a la presencia de zonas de bosques muy bien cuidados y dehesas con capacidad para fijar la contaminación ambiental como elementos clave para mantener la pureza del aire. Además, aseguró que el desarrollo industrial se ha hecho siempre "bajo controles estrictos" y con la ventaja de que la mayor parte de la industria regional es de creación muy reciente "lo que ha permitido obligar a que se implanten las mejores tecnologías disponibles para evitar la contaminación".

Retrasos en la refinería

Por lo que se refiere precisamente a una de las empresas proyectadas en este nuevo panorama industrial extremeño, la refinería del Grupo Gallardo, Pérez aseguró que su departamento no sabe "absolutamente nada" de cómo va el proceso, puesto que "Portugal aún no ha respondido y mientras no lo haga todo está parado".

La directora de Calidad Ambiental quiso descartar "fantasmas o faltas de coordinación o de apoyo, porque no creo que sea así" y atribuyó los retrasos en el procedimiento a que hace 40 años que no se plantea un proyecto de refinería en España.

"No es un proyecto habitual, y me atrevo a decir que los técnicos nunca han evaluado desde el punto de vista ambiental un proyecto como este ni en Portugal ni en España", afirmó, y agregó: "Si estas demoras, aunque no nos gustan, son porque se está llevando las cosas con todo el rigor, perfecto".

Respecto al papel de la Junta en la evaluación ambiental de la refinería, Pérez indicó que se ha paralizado el proceso "tras haber llegado hasta donde podíamos llegar, porque no tiene sentido avanzar más hasta que no se pronuncie el ministerio".