El paraíso soñado por cualquier empresario: pagar menos impuestos manteniendo el nivel de ingresos. Esto es lo que ofrecen los denominados paraísos fiscales, que según los expertos en ocasiones son utilizados por los empresarios extremeños para crear sociedades intermedias. El objetivo, totalmente legal y legítimo, el ahorro fiscal. Los llamados paraísos fiscales, como Gibraltar, son zonas en las la legislación establece una menor presión fiscal.

Sin embargo, la misma definición puede engañar. Actualmente se consideran como paraísos fiscales Andorra y otros países exóticos como Bahamas, Chipre, Isla de Man, Guernsey, Macao o las Isles Vírgenes Británicas. El problema es que en los últimos años los empresarios han descubierto otra opción. Se trata de países que están dentro de la propia Unión Europea, que por lo tanto no tienen este calificativo --a menudo despectivo-- y que en la práctica ofertan fuertes beneficios fiscales. Es el caso, por ejemplo, de Irlanda o de los Países Bajos, dos zonas en las que se rebaja en gran medida el pago de los impuestos sobre los beneficios.

Aún así los extremeños no están, ni de lejos, entre los que más se decantan por rebajar sus impuestos a través de estas prácticas habituales. A lo largo de la última década los intercambios empresariales con estos países suman un total de 82 millones de euros, la mayoría con Países Bajos, que oficialmente no tiene la consideración de paraíso fiscal.

Sociedades intermedias

Sin embargo, el análisis de los datos revela datos sorprendentes. Por ejemplo, que desde 1993 han decidido invertir en Extremadura empresas procedentes, por ejemplo, de Luxemburgo, Islas Vírgenes Británicas, Guernsey. Gibraltar, Belize o Lietchenstein, según el Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía.

Según los expertos consultados por este diario, esta apariencia no responde a la realidad, sino que en su mayoría se trata de sociedades intermedias creadas por empresarios extremeños para intentar pagar menos impuestos de una forma totalmente legal. De hecho, puede comprobarse fácilmente que las partidas provenientes de estos países coinciden con las destinadas a crear hóldings con empresas extremeñas. Sin embargo, esta situación dista mucho de la que se registra en el conjunto del país, donde en los tres últimos años las empresas privadas han destinado unos 1.500 millones a los paraísos oficiales, es decir, que a esta cantidad habría que sumar los extraoficiales .

Analizando únicamente los datos del año pasado, el Ministerio de Economía ha detectado que las inversiones españolas se han concentrado en tres paraísos fiscales. Se trata de Bahamas, Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británica, que suman proyectos por valor de 255 millones de euros. Y es que los paraísos ya no son lo que eran.