Montaña Cañigral finalizó hace dos años el Magisterio de Educación Infantil y desde entonces no ha parado de buscar una ocupación relacionada con su formación. "He trabajado como dependienta, cajera y telefonista. Pero en lo mío no he tenido suerte aún", admite, todavía decepcionada tras haber aprobado las oposiciones al cuerpo de maestros y haberse quedado sin plazas porque otros, con peor nota que ella, disponían de más puntos y méritos acumulados.

"Es un mazazo después de todo el tiempo que le has dedicado", confiesa esta cacereña de 25 años que, por otra parte, afirma no perder la esperanza. Dice ser consciente de que lograr su meta "va a ser difícil, porque no es fácil entrar en este mundo; no hay demasiadas plazas".

Eso sí, confianza no le falta. Ella sigue entregando su currículo en colegios y guarderías privadas, aunque todavía sin fortuna. "Por eso busco otro tipo de empleos, aunque no tenga nada que ver con magisterio y esté muy mal pagado. Pero no puedes estar parado". De momento, ella piensa ahora en alguna de las plazas que oferta la Junta a partir del próximo mes de septiembre, aunque no descuida su formación y actualmente está estudiando la carrera de psicopedagogía.