Casi el 40% de los asalariados extremeños tienen un contrato precario, un aspecto que se repite sobre todo en el sector público, donde la tasa de temporalidad --asalariados con un contrato temporal-- llega al 33%.

Un reciente estudio de Comisiones Obreras sobre el mercado laboral en España entre 1996 y el 2003, sitúa a Extremadura a la cabeza de las regiones con más empleo temporal, diez puntos por encima de la media en España. En el sector privado mejora ligeramente aunque sólo Andalucía presenta peores datos que la comunidad extremeña.

En el conjunto de cifras relativas a la precariedad laboral, destaca el hecho de que tanto en el 2002 como en el 2003, la mitad de los contratos laborales --más de 200.000-- tienen una duración inferior a un mes. El pasado año, por ejemplo, según los datos del Ministerio de Trabajo, se realizaron en Extremadura 240.000 contratos eventuales --trabajar seis meses durante un año-- del total de 434.256 suscritos, mientras que sólo 8.708 tuvieron carácter indefinido (5.255 ordinarios y 3.453 acogidos a ayudas a fomento del empleo).

EVOLUCION Durante el período analizado en el informe sindical, en Extremadura la evolución de la calidad en el empleo se ha ido agravando con el paso de los años, hasta alcanzar una tasa de temporalidad del 38,9% el pasado año, un 2,7% más que en el año 1996.

Por el contrario, en el conjunto del país este índice se ha reducido un 3%, pasando del 33,7 al 30,7% en el 2003. Dentro de estos resultados negativos, la situación del sector público es la que ha visto como ha crecido un 8% el número de contratos temporales, mientras que las empresas privadas han reducido la tasa en un 0,2%.

Las causas de esta elevada temporalidad en la región, tanto en el sector público como en el privado, hay que buscarlas, según el informe, en el potencial peso específico de la agricultura y la construcción, frente a la escasa relevancia de la industria. Estos parámetros son síntomas de un mayor empleo precario.

CONSECUENCIAS Además de este argumento, según CCOO, la costumbre de las empresas de contratar sin atender a causas legales, incrementa los índices de precariedad laboral. Esto se traduce en que la mitad de los trabajadores temporales en España son jóvenes menores de 30 años, que la temporalidad afecte más a los inmigrantes, y que se trata de licenciados y trabajadores con un bajo nivel de formación académica. Las consecuencias de este hecho son un mayor índice de siniestralidad laboral entre los empleados temporales, y unos salarios más bajos que los que perciben los indefinidos.

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