Más de 400 hosteleros se echaron ayer a la calle en Cáceres para pedir una ampliación de los horarios de cierre de sus establecimientos. A la protesta acudieron, según la policía, 300 personas, aunque para los organizadores la cifra de asistentes llegaron a 1.000. Tras la manifestación, los bares anunciaron que solicitarán el próximo lunes una reunión con la consejera de Presidencia, María Antonia Trujillo, antes de decidir si intensifican las medidas de presión. Los hosteleros quieren acudir acompañados por el ayuntamiento cacereño y los vecinos.

En este sentido, Celestino García Mateos, asesor jurídico de la asociación Plamapi, valoró positivamente la convocatoria porque, dijo, "ha transcurrido pacíficamente y los hosteleros han contado con el apoyo de distribuidores, estudiantes y ciudadanos".

Durante la protesta, que estuvo vigilada por numerosos agentes, no se registraron incidentes. Los manifestantes hicieron el recorrido entre la Cruz de los Caídos y la plaza Mayor en algo más de una hora. Corearon gritos contra el alcalde, José María Saponi, y utilizaron lemas como "No somos ladrones, somos hosteleros" y "Sí a los bares, no a la guerra".

SENTADA Y PERDIDAS

En el transcurso del acto, no hubo ni una sola alusión a la administración autonómica, responsable de regular los horarios. A su llegada a la plaza Mayor, los manifestantes protagonizaron una sentada, al igual que hicieron en distintos puntos del recorrido. Ninguna autoridad municipal recibió a los hosteleros.

Por otra parte, los hosteleros cifraron en más de 84.000 euros (14 millones de pesetas) las pérdidas anuales que podrían llegar a sufrir cada uno de ellos si no se amplían los horarios de cierre. "Están dejando de ganar 1.800 euros (300.000 pesetas) cada fin de semana y algunos negocios han quebrado", denunció el abogado de la asociación Plamapi.

El sector culpa al consistorio cacereño y la Junta de no querer buscar una solución. "Hemos estado en medio del peloteo que han mantenido los dos en el último año sin soluciones alternativas. Lo único que hemos conseguido del ayuntamiento es un solución que ha servido para paliar en parte el problema", subrayó.

Los hosteleros ratificaron su intención de convocar una protesta en Mérida y recordaron que están estudiando cerrar en ferias y no desempeñar ningún tipo de actividad en eventos importantes.