Veinteañeros y treintañeros que apuran la vida en el hogar familiar, al abrigo de unos padres que hace dos, tres o cuatro décadas se emanciparon --a diferencia de ellos-- apenas cumplida la mayoría de edad. A los jóvenes españoles, y a los extremeños en particular, les sigue costando dar el paso hacia la independencia. De hecho, siguen siendo minoría los que se atreven o pueden permitirse hacerlo. Pero es más, la actual coyuntura económica, marcada por un crecimiento constante del paro, incluso ha reducido el número de hogares jóvenes en la región. Muchos se lo piensan más a la hora de tomar la decisión e incluso algunos han tenido que volver con sus progenitores.

Lo pone de manifiesto el Observatorio Joven de la Vivienda (Objovi), dirigido por el Instituto de la Juventud en España. Según sus datos, a finales del primer trimestre de este año, había 104.025 extremeños de entre 18 y 34 años que vivían fuera del domicilio familiar. Un año antes, eran más de 107.632.

"La dificultad que supone el acceso a una vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los jóvenes, que día a día ven más lejana la posibilidad de emanciparse al tener un mercado laboral casi destruido", apuntan desde Nuevas Generaciones (NNGG) del PP a través de la ponencia que sobre este tema expusieron durante su último congreso regional, celebrado hace apenas un mes en Mérida. "Los jóvenes tienen una cruz: la tasa de paro juvenil no ha parado de crecer y ya está en el 29%. Y además, cuando encuentran trabajo se enfrentan a un empleo marcado por la alta temporalidad y la precariedad", coincide Santiago Cambero, sociólogo extremeño muy vinculado al movimiento juvenil.

De acuerdo con la encuesta de población activa, la tasa de paro entre los extremeños de 18 a 34 años es del 28,9% (primer trimestre del año). Doce meses antes era del 18,7% y a principios del 2007 apenas superaba el 16%. Se trata de uno de los índices más altos a nivel nacional, junto a Canarias (32,4%), y está muy por encima de la media estatal (22,7%). "Además está el fenómeno last in, first out . Es decir, los últimos en llegar son los primeros en salir. Y eso está ocurriendo con los despidos que se están produciendo: los últimos que fueron contratos en época de bonanza, la mayoría jóvenes, son ahora los primeros en ser despedidos", agrega Santiago Cambero.

MENOR COSTE DE LA VIVIENDA Para el Objovi, esta situación del mercado laboral contrarresta las "óptimas condiciones" que se producen en la región para acceder a la vivienda. Porque como recuerdan desde este organismo, el precio de venta del metro cuadrado en Extremadura es el más económico del país. Y aunque los salarios también son los más bajos, el esfuerzo que tiene que hacer un joven de la comunidad para pagar la compra de una casa es menor que en el resto del país. Así, por ejemplo, mientras un extremeño de menos de 34 años tiene que dedicar, aproximadamente y de media, el 42% de su salario, en puntos como Madrid, el País Vasco o Cataluña deben destinar cerca del 90% del sueldo.

"La realidad es que el carácter precario del trabajo, el desempleo, las cargas fiscales y la ineficacia de las políticas del Gobierno cargan de razones a los jóvenes que no se atreven a dejar la casa paterna", insisten en NNGG. Aunque tampoco hay que ignorar otros factores, como el endurecimiento de las condiciones para el acceso a un crédito hipotecario.

"La generación actual de jóvenes está más preparada y formada, y cuenta con más ayudas públicas que nunca para dar el paso, pero