A pesar de que reconoce que es preocupante el crecimiento de la cifra de abortos, Pedro García Ramos, director general de Consumo y Salud Comunitaria de la Junta de Extremadura, recuerda que la región permanece aún entre las comunidades autónomas españolas con unas tasas más bajas. Al tiempo, explica que el alto número de mujeres portuguesas que acuden a abortar a las dos clínicas extremeñas autorizadas impide "tener una foto fidedigna de lo que sucede con la mujer extremeña" en este ámbito.

--¿Cómo se puede interpretar que los abortos hayan aumentado un 30,3% entre las extremeñas en un sólo año?

--Es significativo, pero tampoco podemos hablar de una situación alarmante, porque seguimos siendo una de las comunidades en las que parece que mejor están funcionando las medidas de control, ya que somos la cuarta región con una menor tasa de interrupciones voluntarias del embarazo. En cualquier caso, no estamos satisfechos. Que una sola adolescente aborte viene claramente motivado porque no han funcionado los mecanismos de planificación que podrían haberse interpuesto.

--¿Desde la Consejería de Sanidad se prevé contar a corto o medio plazo con un centro público que realice este tipo de intervenciones?

--Todos los centros públicos podrían hacerlo, de lo que se trata es de que los profesionales que hay trabajando en ellos no ejerzan la objección de conciencia. El problema no es que no estemos acreditados científica o tecnológicamente, porque ésta no es una intervención difícil.

Precisamente, al no ser una operación ni demasiado problemática ni demasiado costosa, muchas personas no se dirigen ni siquiera al sistema sanitario público por miedo a que, aunque estén dentro de los supuestos que marca la ley, la gente sepa el problema que ha tenido. De hecho, de las mujeres que acuden a los centros de interrupción del embarazo, cerca de un 80% vienen de instancias ajenas a la Administración pública, por lo que son muy pocas las demandas de reintegro que se realizan al Sistema Extremeño de Salud. Por este mismo motivo, muchas mujeres residentes en Extremadura van a interrumpir su embarazo a otro lugar.

--¿Qué es lo que está fallando para que casi un 20% de los abortos de la región le hayan sido practicados a mujeres que no alcanzan los 20 años?

--Cuando eso se produce es porque fallan los elementos de planificación, pero sobre todo por la no formación personal. Es llamativo que cada vez se reduzca más la edad media de consultas a los centros de planificación familiar.

--¿Sería partidario de implantar una asignatura específica en los centros de educación?

--En Extremadura, aunque la educación para la salud no está como tal en los centros, mantenemos un contacto permanente con la Consejería de Educación y, de forma transversal, se están materializando una serie de conocimientos que hacen referencia a la educación para la salud en su conjunto y, lógicamente, la salud sexual y reproductiva es un elemento que está permanente sobre la mesa. Sin embargo es cierto que, viendo estos resultados, quizás haya que hacer un abordaje diferente de este tema, bien a través de la familia o bien a través de otros elementos ajenos al sistema educativo. Cuando un niño tiene 12 o 13 años puede parecer prematuro hablar en un centro escolar de elementos sobre planificación familiar o sobre cómo se pone un preservativo, pero alguien tendrá que hacerlo, porque cada vez son más tempranas las edades a las que se empieza a tener contactos sexuales.