Una auténtica riada humana inundó en la tarde de ayer las calles de las principales ciudades extremeñas, donde alrededor de 200.000 ciudadanos mostraron su indignación y su repulsa por los brutales atentados de Madrid y trasladaron su solidaridad a las familias de las víctimas. La de ayer fue la mayor movilización de la historia reciente de la sociedad extremeña.

La capital extremeña se convirtió en un punto neurálgico del rechazo al terrorismo con una intensa manifestación que pese a la intensa lluvia reunió a cerca de 30.000 personas que colapsaron el centro de la ciudad. Durante alrededor de treinta minutos una comitiva que superó todas las expectativas --prácticamente la mitad de la población de la ciudad-- lanzó un único grito: "No al terrorismo".

En la movilización emeritense, que reunió a miles de vecinos de todas las edades, estuvieron los principales representantes de la sociedad extremeña, encabezados por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete; el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; el delegado del Gobierno, Oscar Baselga; y el presidente de la Asamblea de Extremadura, Federico Suárez. También estuvieron representantes de todos los partidos, de los sindicatos, de la patronal, de los medios de comunicación y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, entre otros.

CONTUNDENCIA Los mensajes eran tan claros como contundentes y estaban acompañados por pancartas tan significativas como "Ayer morimos todos" o "Cadena perpetua ya". Rechazo unánime al terrorismo de cualquier tipo, solidaridad con las víctimas y una llamada a la participación de todos en las elecciones generales de mañana. En sólo treinta minutos la cabecera de la manifestación alcanzó su destino, la Plaza de España, aunque la riada humana continuó y durante al menos una hora continuaron llegando personas mientras los más jóvenes acaparaban el protagonismo en los cánticos.

A la hora de hacer las primeras valoraciones, Arias Cañete destacó que "los emeritenses han dado una respuesta clara" en la que se refleja "la unidad" de todos los españoles contra el terrorismo de cualquier tipo.

Minutos antes de que se iniciase esta gran movilización, la Asamblea de Extremadura se convertía en el escenario principal de la repulsa de todos los estamentos de la sociedad extremeña. En este sentido, el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, dejó claro que "España es un gran país del que uno se siente orgulloso", al tiempo que alabó la calidad humana de la ciudadanía ante una situación límite como la de los atentados. "La grandeza de un país radica en la condición y categoría de sus ciudadanos", añadió.

Ante la polémica surgida en torno a la autoría de los brutales ataques contra los trenes madrileños, el presidente extremeño insistió en que los españoles "no tenemos necesidad de establecer diferencias entre terroristas". Tanto es así que apuntó que da igual que los ciudadanos se equivoquen al atacar a una u otra banda criminal "porque la repugnancia está justificada".

Federico Suárez recalcó la "voluntad de rotunda del pueblo extremeño" de acabar con la barbarie. A su juicio, el ataque terrorista que ha sufrido Madrid "pretende golpear nuestra sociedad y nuestra democracia".

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