Los trabajadores de muchas empresas tienen el buzón de mensajes del teléfono móvil y del correo electrónico a rebosar. En los últimos días, han recibido algunos de los cinco millones de SMS enviados por UGT con el fin de calentar la huelga general y convencer a un gran número de indecisos para que secunden la mayor movilización social contra la política de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, CCOO ha enviado unos 400.000 correos electrónicos que se han multiplicado con los reenvíos. Es la última estrategia en el esprint final ante el 29-S, que se ha convertido en una batalla en la que los sindicatos se juegan el ser o no ser.

Los dirigentes sindicales han centrado su estrategia en los últimos días en luchar contra el desánimo de sus delegados y en animarlos a que sigan buscando el apoyo de los trabajadores a la huelga hasta el mismo día de la movilización. Luchan contra unas encuestas poco halagüeñas para la movilización.

UN 26% A FAVOR DEL PARO Según un sondeo realizado por el portal de empleo de internet Infojobs, solo un 26% de los trabajadores afirman que secundarán el paro, aunque una gran mayoría del 77% tienen claro que los podrán despedir con más facilidad con los cambios introducidos por la reforma laboral. "Hay consenso entre los trabajadores y los directivos consultados --solo el 25% ve útiles los cambios para reducir el paro-- en considerar que la reforma laboral no creará empleo", afirma Joan Gurt, director general de Infojobs.

La encuesta no ha puesto nerviosos a los sindicatos. "En todas las huelgas generales, los sondeos reflejan un ambiente previo muy frío, con muchos indecisos para secundarla por el efecto del miedo y la coacción de los empresarios", advierte Manuel Fernández, Lito, secretario general de la Federación del Metal de UGT y un veterano en la preparación de innumerables movilizaciones. "Incluso el día antes de la huelga general del 14 de diciembre de 1988 --añade--, había medios que decían que iba a ser un fracaso". Ese día se convirtió en la mayor movilización de la democracia, hasta el punto de que Lito ve muy difícil que el 29-S llegue al nivel histórico del 14-D.

CRITICOS CON LA REFORMA "Todas las encuestas de huelgas anteriores se equivocaron. Tienen una clara intencionalidad y una muestra mal seleccionada porque puede incluir a empresarios y amas de casa", asegura Fernando Lezcano, secretario de comunicación de CCOO. El exsecretario general de CCOO Antonio Gutiérrez también desconfía de los sondeos, como comprobó él mismo en la huelga de 1988.

En vísperas de la movilización del miércoles, el objetivo de las centrales sindicales es ganar seguidores entre la amplia capa de empleados que critican la reforma pero no apoyan, de momento, la protesta. Para ello, el Metal de UGT ha intensificado una campaña con el envío de mensajes a móviles de delegados con argumentos para la huelga y la consigna del "pásalo".

El ritmo de envíos ha crecido de uno a cuatro SMS al día. La empresa contratada para llevar a cabo la acción estima que el reenvío progresivo puede elevar la cifra total de los 50 tipos de mensajes en circulación hasta los cinco millones recibidos por unas 100.000 personas.

Siempre hay indecisos --explica Lito-- porque una huelga es dura. Es un sacrificio para el trabajador. La gente que no sabe cree que esto es una bicoca, pero se pierde salario y todo el mundo lo necesita para vivir". La principal bolsa de trabajadores que todavía no tienen claro qué hacer el miércoles se concentran en las pequeñas empresas, en las que los sindicatos tienen mucho más difícil entrar y transmitir sus consignas.

Las grandes y medianas empresas, especialmente de la industria, se convertirán, de nuevo, en un bastión sindical. Desde hace semanas, el ritmo de asambleas celebradas es incesante y la lista de compañías en las que se ha votado a favor de la huelga o en las que el comité se ha adherido al paro es muy larga.

EFECTO DOMINO La paralización de las grandes factorías automovilísticas provocará un parón en cascada en los proveedores ya sea porque sus plantillas secundan la huelga o para evitar la acumulación de estoc.

En esta huelga, los sindicatos tendrán a favor que cuentan con muchos más delegados que en las anteriores movilizaciones de esta magnitud, con los que podrán organizar más piquetes. Los objetivos prioritarios son los polígonos industriales, las grandes empresas y sectores estratégicos como el transporte.

La gran baza sindical para que la protesta se visualice será la casi paralización del transporte público con la excepción de un 25% de la actividad habitual durante las seis horas de los servicios mínimos. Los sindicalistas admiten que tendrán un efecto disuasorio para muchos trabajadores, que se quedarán en casa ante la dificultad de llegar a su empresa.