La controversia sobre el tramo de la N-110 donde sucedió el mortal accidente el pasado domingo no es nueva. Se trata de un problema que viene de atrás. Los propietarios de viviendas y fincas de la zona afirman haberse quejado en continuas ocasiones a distintas autoridades para mejorar la seguridad en la carretera y sus accesos, pero aseguran que estas siempre han hecho oídos sordos a sus peticiones. De hecho, existe la Asociación N-110 Casas de Castañar, que supone una plataforma desde la que se quejan los vecinos porque muchas de las necesidades de la zona se han obviado en las distintas obras acometidas en esta vía del Jerte.

El presidente del colectivo es Ignacio Cáceres, quien sostiene que existían unos planos de obras distintos en los se proyectaban vías de servicio laterales para evitar accidentes y facilitar la entrada y salida de las muchas propiedades (fincas y viviendas) del Valle. Pero estos planos nunca se materializaron. Para Cáceres, este fue el comienzo de una carretera conflictiva a la que nadie pone remedio.

"Este accidente con dos muertos tiene un solo culpable, que es el Ministerio de Fomento, porque pusieron ese cruce en plena curva, ese cruce antes no estaba ahí, y desde que existe no ha parado de haber accidentes, lástima que el último haya tenido consecuencias tan serias", afirma Cáceres. Pero no solo protesta él. Los vecinos consultados ayer por este diario están indignados porque la falta de seguridad haya tenido que llevarse dos vidas. Temen que un día un camión tenga un accidente y estrangule el tráfico de todo el Valle. Y repiten que se quejaron hasta la saciedad al ingeniero que realizó las obras hace años, y que este no atendió.

Para los vecinos, las soluciones son varias, cómo controlar mejor la velocidad mediante radares, prohibiendo que en ese tramo se prohiba adelantar, porque los conductores aprovechan la recta que hay para adelantar, que se alumbre la zona habitada o que limiten la velocidad antes de la curva.