El aumento de controles y campañas, y el hecho de que hasta la fecha no se haya declarado ningún caso de la variante humana de la EEB, ha llevado a una recuperación total del consumo de carne de vacuno, según el sector. La crisis produjo en el 2000 un bajón del 44%.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de vacuno ha experimentado una recuperación "lenta pero imparable", hasta situarse en los niveles anteriores a la aparición de la EEB. Del descenso de un 44% en febrero del 2000, se pasó a sólo un 25% en el mismo mes del 2001. En la actualidad, se consume igual que antes de aparecer la mayor crisis alimentaria de los últimos tiempos.

Cada español, de acuerdo con los datos oficiales, consume una media de 100 kilos de productos cárnicos al año. El preferido es el pollo, pues a cada comensal le corresponden 17 kilos al año, seguido de 16 kilos de cerdo, 10 de vaca, 4 de oveja y cabra y 3 de conejo.

BAJO CONSUMO

Sin embargo, la ingesta de vacuno en España sigue siendo de las más bajas de Europa, un 75% por debajo de la media comunitaria. Este menor consumo se ve compensado por el de cerdo, ovinos y caprinos en los que se triplica la media mundial. El sector ha notado especialmente la caída de las exportaciones, sobre todo al mercado de los países árabes.

La industria y la Administración reconocen que la búsqueda de mayor rendimiento y la intención de reducir costes más allá de lo razonable llevó alimentar a animales herbívoros con piensos cárnicos.