Y la subida de impuestos se convirtió en realidad. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, presentó ayer, en el Debate sobre Orientación Política General de la Junta --también conocido como Debate sobre el Estado de la Región-- una auténtica revolución fiscal que constituye la mayor reforma tributaria aplicada en la región de la democracia. Ya había avanzado algunos aspectos, como la subida de impuestos a las mayores rentas o a las viviendas de alta gama, pero ayer dio a conocer detalles como que el corte que distingue a los más ricos está en los 60.000 euros (aunque moduló la subida en cuatro tramos).

Otra medida esperada fue la rebaja de las ayudas por hijo, que se recortan en gran medida (de 6.600 a 1.200 euros) y dejan de ser universales, si bien se extienden al primer hijo y se garantiza la plaza pública en centros de infantil para los niños de dos años. Pero también hubo sorpresas como la adopción del céntimo sanitario para el combustible o el incremento tributario al que deberán hacer frente los bancos (por sus depósitos) y las centrales hidroeléctricas (que se equipararán a la nuclear).

MENOS RECURSOS Además, el presidente extremeño fijó un techo máximo de gasto para el próximo año, planteando una reducción del presupuesto del 5% que, según dijo, se traducirá en "no menos de 280 millones de euros". Esto supone que habrá que hacer política con menos recursos, lo que reconoció que no será fácil --de hecho, presentó varias medidas de ahorro nuevas e incluso invitó a la oposición a revisar el gasto corriente--, pero fijó como prioridades "la educación, la protección de la salud y la atención a la dependencia".

Por otro lado, presentó una redefinición de las políticas de empleo y de vivienda y los incentivos empresariales. En este último ámbito, reiteró su apuesta por facilitar la puesta en marcha de empresas, que se concretará en una nueva ley y obligará a modificar seis más (patrimonio histórico, turismo, suelo...).

De otra parte, habrá nuevas ayudas al autoempleo y a la contratación, con especial atención a mujeres, jóvenes y parados de larga duración. Asimismo, se renuevan las directrices en materia de vivienda, apostando sobre todo por la rehabilitación (donde se invertirán 45 millones hasta el 2011) y la reconversión de viviendas sin vender a protegidas.

El presidente de la Junta defendió que son las medidas "que hay que tomar", aunque reconoció que preferiría no tener que hacerlo. No obstante, mostró su confianza en el futuro de la región --con un emotivo cierre del discurso en el manifestó su credo en la población extremeña-- y sugirió, a la hora de valorar los recortes, un ejercicio: "pensar en alguien que no tiene empleo o que está sometido a la incertidumbre de un ERE; en quien necesita un costoso tratamiento o quienes no pueden atenderse a sí mismos porque el tiempo les ha desgastado".