Avión común (Delichon urbica)

13-14 centímetros

Alimentación: Insectívoro, y sus capturas siempre en vuelo, en especial de todo tipo de moscas, así como otros muy variados insectos voladores.

Estival total

Popular: Alandrina El de verdad llamado científicamente avión es esta especie parecida a la también pequeña golondrina, pero con alas y cola sobre todo muchísimo más cortas, diferentes colores, aunque colorida y sobre todo se le distingue por su obispillo blanco. Hago dicha referencia y por ello el título que se me ha ocurrido y es por el claro motivo de que en muchos lugares, con toda rotundidad puedo decirlo en la baja Extremadura, siempre se le llaman aviones a los veloces y chirriantes vencejos, especie totalmente distinta al avión común, pero ya merecerá sobradamente un capítulo aparte, nuestro impresionante amigo el vencejo. Los aviones comunes son muy conocidos en nuestro medio urbano, sobre todo por sus grandes colonias de nidos de barro en cornisas y bajo los aleros de los edificios, de sobre todo de amplias barriadas de viviendas, y construcciones grandes, que como un simple ejemplo podrían ser los ya antiguos y caducados llamados silos. La gran cantidad de nidos en sus colonias produce y no con poca frecuencia, que por la causa sobre todo de molestias por sus deyecciones y la suciedad lógica que ello conlleva, son muchas veces destruidas, sin duda de forma particular, dado que su carácter de especie protegida no debería de permitir a las administraciones correspondientes y competentes en dichos temas permitirse ni autorizar dichos destrozos. Puedo entender a los afectados, pero la Ley está para cumplirla en todos los sentidos. No es una especie exclusivamente urbana, también sin duda ocupa medios rurales naturales y zonas montañosas, donde también anida en grandes colonias en los lugares posibles. Como especie exclusivamente estival, esta pequeña ave, de un peso máximo de 25 gramos, aunque lo normal oscila entre 18-20 gramos, cuando acaban nuestros veranos empiezan su viajes para pasar el invierno en sus calidos cuarteles africanos, con sus consecuentes riesgos y daños ya comprobados del largo viaje.Volviendo a sus colonias en su reproducción y por último, quiero referirme a trabajos sobre ello, de SEO/BirdLife, (Sociedad Española de Ornitología), de la cual como coordinador en Extremadura, se hacían trabajos anuales del control de las mismas y el número de sus nidos, diferenciando edificio o lugar para ello, y en consecuencia el número de ejemplares con las resultantes sumas totales. Las cifras se disparaban de una forma exagerada, en bastantes casos en ambos conceptos por consiguiente. Y muy especiales en dichas cifras, si solo se referían a casos de colonias situadas en pueblos y ciudades y en lugares apropiados para ello y sobre todo sin ninguna consecuencia negativa para los mismos por las citadas molestias originadas y antes comentadas. (*) El autor es nuralista y ornitólogo