Sergio Molina (1982-2021) salió de su domicilio de Villarta de los Montes -un pueblo de la provincia pacense de menos de 500 vecinos- para coger acetiunas y un disparo por arma de fuego acabó con su vida. Ocurrió el pasado 10 de diciembre. La Guardia Civil tiene precintado el olivar donde apareció muerto y sigue investigado sin descartar ninguna hipótesis este suceso.

"Estamos destrozados, rotos de dolor", cuenta Manuela González, madre de la víctima de 39 años. Ella y su padre hablan por primera vez en un medio de comunicación con un objetivo: "Pedir ayuda a la ciudadanía, alguien ha tenido que ver algo y lograr que se haga justicia con mi hijo", explican.

La familia del joven lo tiene claro: "Fue un asesinato. Le dispararon por la espalda, sin opción a defenderse. Le dispararon en la nuca y el proyectil le salió por la mejilla", asegura su madre. "Tenía la cara destrozada por el disparo y no pudimos ver a mi hijo ya muerto", detalla Manuela.

Sergio Molina perdió la vida en un olivar de un vecino de este pueblo pacense: "Lo llevaba a medias con el dueño. Sergio se dedicaba a cuidar el olivar y recolectar las aceitunas y los beneficios eran repartidos. El dueño está mayor y tiene problemas en las piernas, por eso llegaron a ese acuerdo", cuenta Julián Molina, padre del fallecido.

La Guardia Civil sigue trabajando para esclarecer las causas de esta muerte que tiene en vilo a todo un pueblo. "Nos dicen que están muy avanzados, pero no sabemos nada más, siguen haciendo careos y el olivar está precintado...pero nada más", dice Manuela. La familia está rota de dolor por una muerte que tiene en vilo a Villarta de los Montes.