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ZONA ESTE CONVIVENCIA VECINAL

El casco histórico abre el maratón de celebraciones en las barriadas

El colectivo de vecinos animó con curiosos puestos la plaza de las Veletas El público di

El casco histórico abre el maratón de celebraciones en las barriadas

Una turista valenciana animaba a los curiosos a someterse a la prueba: "Me he empapado todos los libros del Dalay Lama, pero como esta experiencia, ninguna". Su amiga Bienve insistía: "No puedo ni levantarme, ¡qué fuerte!, ¡qué paz espiritual!, estoy flotando...". El puesto de cuencos tibetanos de Memé, con sus masajes de sonido , fue uno de los más exitosos, pero había otros donde elegir. La asociación de vecinos Ciudad Monumental celebró ayer su fiesta anual con unas propuestas muy singulares y novedosas, donde no faltaron talleres, concursos, juegos y hasta gastronomía de medio mundo.

El casco histórico abría así el intenso calendario festivo que recorrerá este verano una veintena de barrios. A las doce del mediodía la plaza de las Veletas ya estaba más que animada. Cáritas vendía café de Méjico y Tanzania, artesanía de Perú e India, chocolate, infusiones y otros productos del Tercer Mundo. Al lado, Julia López con sus curiosos jabones realizados a base de aceite de oliva, almendra, romero, vainilla, jazmín, rosa y lecitina de soja, con propiedades relajantes, suavizantes y hasta curativas. "Los hago por afición, pero tienen tanto éxito que he decidido abrir una tienda", explicó.

Muy cerca, el puesto de pintura infantil y las atracciones hinchables. Más allá, el tenderete de grabados de Acido Gráfico. Enfrente, el rincón del disfraz donde uno podía convertirse en noble cacereño o en soldado cristiano y tener una foto por 2 euros.

MENU INTERNACIONAL Por la tarde, las mujeres inmigrantes acogidas en ACISJF llevaron exóticos platos, desde empanadillas de Colombia hasta krórost ruso y muchin de yuca de Ecuador. Por la noche estaba prevista la actuación de la orquesta Alegría con su auténtico artífice, el batería Cuarto Kilo , que el año pasado se llevó los aplausos y repite experiencia por petición vecinal.

"La idea de celebrar la fiesta surgió hace tres años para compartir un día, animar un poco el barrio y ofrecer diversión a los más pequeños, que carecen de parque, incluso de una zona de juegos. Es agotador, pero lo pasamos muy bien", explicó el presidente vecinal, Luis García.

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