Amececa insiste en su petición para que la cárcel vieja sea un espacio de la memoria. De esta forma, la asociación memorial en el cementerio de Cáceres reitera su reivindicación a través de un manifiesto que ha suscrito a sus asociados. En el escrito, reclaman que el edificio de la antigua prisión provincial de Cáceres se convierta en un memorial relacionado con la represión franquista, los derechos humanos y la paz. Exponen en su argumento que «la prisión, cuya construcción se inició a partir de 1934, se convirtió en un importante centro de reclusión de los oponentes políticos reales o ficticios del Franquismo». «El fin de la Guerra Civil y los primeros años de posguerra provocaron un importante crecimiento en el número de reclusos», ponen de manifiesto y estiman que «en esos años, entre 450 y 500 personas abandonaron los muros de la prisión para ser asesinados por piquetes militares y entre 150 y 200 murieron dentro de la prisión».

Apuntan también que en los años 60 se encontraban recluidos más de 200 presos antifranquistas y no fue hasta la muerte del dictador cuando concluyó su carácter de ‘cárcel política’. En 2009 cerró definitivamente sus puertas y desde entonces se encuentra en estado de deterioro. Fue en 2019 cuando Amececa inició la campaña para que la antigua prisión tuviera un futuro relacionado con la memoria histórica. Solicitan desde entonces su declaración Bien de Interés Cultural y fondos para acometer la reforma del inmueble.