Desde que los cruceros fluviales que gestiona Rafael Pintado llegaron al Parque Natural del Tajo Internacional, los centros de interpretación de la zona han elevado un 32% sus visitantes, y las oficinas de turismo, más de un 30%. Desde que sus barcos parten de Serradilla rumbo a Monfragüe, las 6 plazas de alojamiento del municipio se han convertido en 69, y las cifras de visitantes a su centro de interpretación se han disparado de 2.000 a 12.000.

«En Extremadura tenemos más de 1.500 kilómetros de costa dulce y un potencial excepcional, y además se lo debemos a los pueblos ribereños de estos grandes pantanos, que han entregado lo mejor que tenían, sus tierras de cultivo y con ellas sus vecinos que emigraron, para que nuestro país tuviera energía eléctrica y pantanos de riego. El turismo náutico ha comenzado a devolverles empleo y a fijar población, pero de momento solo se aprovecha un 3% de ese gran potencial de la provincia», subraya Rafael Pintado, que ofrece hasta nueve circuitos programados por el Tajo Internacional, la Raya y el entorno de Monfragüe.

«Cada año recibimos a unas 60.000 personas», calcula Rafael, el ‘alma mater’ de estos cruceros fluviales organizados por Turismo de la Naturaleza de Extremadura (empresa titular de los barcos) y Factor Ocio (mayorista de turismo rural). El primero de los barcos, llamado Balcón del Tajo, se fletó hace justo diez años.

¿Pero cómo surgió la idea de botar un crucero en aguas cacereñas? «Como informático especializado en comercialización turística, trabajaba para las Estaciones Náuticas y vi que había posibilidades de promoción y comercialización en Extremadura. Soy de Cáceres y siempre he entendido que el turismo es un elemento que permitirá que nuestros pueblos puedan vivir de una manera digna», señala Rafael Pintado.

Con sus títulos de Patrón de Aguas Continentales y Patrón Portuario, se ha embarcado cada año en nuevas singladuras por los pantanos cacereños (‘La última frontera natural’, ‘Ruta del contrabando’, ‘Regreso a los templarios...’) hasta sumar las nueve propuestas actuales por tierras cacereñas y portuguesas, que además se complementan con visitas a secaderos de jamones, queserías, rutas de senderismo, escalada, piraguas, rutas en BTT, rutas ornitológicas, baños en entornos paradisiacos y buena gastronomía.

«Cáceres tiene grandes opciones de turismo náutico, pero sobra mucha burocracia, que asfixia al empresario, y falta una visión general, un plan en el que las instituciones se apoyen en los que trabajamos en el sector, porque llevamos años y conocemos la casuística», explica Rafael. «Muchas veces tenemos recursos pioneros y no lo valoramos por el complejo del que pecamos los extremeños», concluye.