Arranca la feria de Cáceres aunque pasada por agua. Tras un año en silencio, el recinto ferial se ilumina desde este jueves durante los próximos siete días aunque lo hará con un protagonista de última hora: la lluvia. Si los feriantes han conseguido sobreponerse estos meses a una pandemia que los ha puesto sobre las cuerdas, en la capital cacereña deben hacer frente a una nueva adversidad, el clima, que sumado al cambio de fechas, en la ciudad habitualmente la feria se celebra en mayo, ha generado reservas sobre las expectativas que los empresarios mantienen para la semana. 

Tanto es así que tras instalar sus atracciones y ojear la previsión para los próximos días mantuvieron una reunión este jueves antes del arranque oficial en la que acordaron plantear que se amplíe la feria otro fin de semana para hacer frente a las pérdidas que provocará la lluvia. Esta decisión fue avanzada por uno de los empresarios, Francisco Vega, que justificó la propuesta en la «incertidumbre» ante la respuesta del público ya que la cita no se celebre en sus fechas habituales y el efecto que provocará el clima teniendo en cuenta que hay predicción de tormentas el sábado, la jornada en la que habitualmente la feria recibe más afluencia debido a que es un día de descanso y permite que se trasladen asistentes de localidades cercanas. 

Vega añadió que no es la primera vez que trasladan esta propuesta al ayuntamiento. Ya en su momento, cuando se produjeron las negociaciones entre el consistorio y la plataforma de feriantes ya se propuso pero la concejalía desechó la idea debido a que ese fin de semana correspondiente al 2 y 3 de octubre el recinto estaba reservado al festival Extremúsika para que comenzara a instalar sus escenarios, una cita que anunció que no se celebrará finalmente tal y como avanzó la organización hace una semana. También justificó el consistorio su negativa en el alto coste de mantenimiento que supone el dispositivo especial de vigilancia y limpieza. 

Ahora, con la cancelación del festival y las inclemencias del clima, los feriantes ven suficientemente justificado que se prolongue su estancia para que sea rentable. «Pagamos la tasa al cien por cien pero con este tiempo, el público no estará», anotó Vega. 

La misma incertidumbre comparten Juan José Camúñez y Rocío García, dueños de El Toro Loco y un puesto de granizados, aunque ambos coinciden en que la vuelta s a la rutina sí ha supuesto un balón de oxígeno y agradecen a los que la han hecho posible. «Nos ha venido bien volver a la carretera y al día a día, esta es nuestra vida», sostiene García.

Sí resistió a la lluvia el encendido oficial del pórtico y del alumbrado, que sin embargo este año no contó con los tradicionales fuegos artificiales que sirven a la ciudad como punto partida para la feria. Asistió a la breve ceremonia de apertura el alcalde de Cáceres, Luis Salaya. Con este simbólico acto da comienzo una semana --hasta el 29 de septiembre-- en la que el recinto permanecerá abierto hasta las 3.00 horas con más de medio centenar atracciones y puestos de comida y de bisutería y que espera que el tiempo ofrezca tregua esta semana. Rocío García ya lo resume por todos: «la esperanza es lo último que se pierde».

Más aparcamiento, bus desde el centro y cuatro accesos para evitar atascos

En cuanto al dispositivo que se habilita este año para la feria, el ayuntamiento avanza novedades para evitar aglomeraciones. En primer lugar, habilitará cuatro accesos para evitar atascos: la rotonda del ferial, la rotonda de Ceres Golf, el acceso por Charca Musia y el camino que parte desde el barrio del Nuevo Cáceres. Del mismo modo, la zona que habitualmente se destina a las casetas de baile se dedicará este año a ampliar la zona de aparcamiento. 

Por otro lado, tal y como se lleva a cabo con la feria de San Fernando, se habilitará un servicio especial de autobús con la línea 4 que saldrá de la avenida de Alemania al ferial y estará operativa desde las 18.00 horas hasta las 3.30 horas. También  se ha establecido un dispositivo policial para garantizar la seguridad dentro el recinto y asegurar que se cumplen las restricciones marcadas por las autoridades sanitarias y otro de limpieza y de urgencias como cada año.